Como muchos otros platillos legendarios, el pozole tiene su propio mito de origen y todo pasó en el estado de Guerrero, según cuentan.
En ¡Vivan los tamales!, el historiador Jeffrey M. Pilcher relata que hay una leyenda culinaria: se dice que en en el siglo XVIII varias cocineras se preparaban para la visita del arzobispo de Puebla a Chilapa, una ciudad de Guerrero, en medio del ajetreo se encontraron con un dilema por el exceso de maíz en la cocina:
“Tenían que moler mucho maíz, así que en lugar de hacer tortillas se limitaron a cocer los granos ya remojados con carne de cerdo para preparar un guiso, el pozole. El hecho de que el prelado fuese poblano es importante, porque en la mitología gastronómica de México Puebla era el hogar del mole. De esta forma la bendición del arzobispo sacralizó el pozole, dándole un lugar legítimo en el panteón culinario nacional”, escribe Pilcher.
El pozole de Guerrero es único, es verde (con una salsa de tomates, chiles verdes y pepitas de calabaza) o blanco y tiene sus variantes regionales.
Se prepara con carne de cerdo y se acompaña con cebolla picada, jugo de limón, chicharrón en trozos, chile piquín, orégano molido, aguacate y tostadas.
En ciertas regiones se acostumbra echarle un huevo crudo al caldo hirviendo, o bien, hay quienes añaden el huevo cocido y picado en trozos, a veces también lleva trozos de sardina.
Los Tolucos
Este establecimiento nació hace varias décadas como un lugar de carnitas estilo Toluca, pero pronto comenzaron a vender pozole porque parte de la familia venía de Altamirano, Guerrero, y se les ocurrió ofrecer su receta.
Fue tan bueno su sabor que se convirtió en el platillo principal y es uno de los favoritos de los chilangos.
Hay blanco, aunque la especialidad es el verde, con chicharrón y aguacate.
También tienen otras opciones regionales como las chalupas y los tacos de requesón, es famoso su taco de achicalada, lo doradito que queda de las carnitas.
Además, no falta el mezcal artesanal en su carta.
Dirección: C. Juan E. Hernández y Dávalos 40, Algarín, Cuauhtémoc, 06880 Ciudad de México, CDMX
El Pozole de Moctezuma
El abuelito pozolero de la CDMX: este lugar comenzó hace más de 70 años, desde 1947, cuando Doña Balbina comenzó el negocio.
Es doblemente guerrerense: está en la colonia Guerrero y ofrece su pozole estilo Guerrero, blanco o verde.
Va preparado con cebolla, chile verde, chile piquín, orégano, limón, aguacate, sardina, chicharrón.
Además, a veces, cuando está bien caliente el caldo, se le agrega un huevo crudo que se cuece al momento y se le agrega una cucharadita de mezcal que acentúa los sabores.
Son populares sus tacos de chorizo y el postre llamado “huevo estrellado”, una dulce sorpresa.
Dirección: Moctezuma 12, Guerrero, Cuauhtémoc, 06300 Ciudad de México, CDMX
Casa Licha Pozole
Este pozole de Chilapa, Guerrero, llegó al ex Distrito Federal en 1960, en las recetas caseras de una familia de allá.
Es un local de Iztapalapa donde encuentras blanco o verde, en cazuela grande o chica.
Si te queda un huequito puedes probar otras especialidades, como sus chalupas, barbacoa de pollo, tostadas chilapeñas, mole o tacos ahogados estilo Guerrero, que van con salpicón o consomé.
Dirección: Sur 69 a 513, Justo Sierra, Iztapalapa, 09460 Ciudad de México, CDMX
Teoixtla
Para muchos chilangos este sitio es una grata sorpresa en la colonia Roma.
Su pozole viene en tres tamaños, para que te decidas a darte un buen “atascón” con un plato grande o mejor pedir uno pequeño y completar con unas chalupas, una orden de tostadas de pata y unos chiles capones; o bien con algo de su parrilla, donde tienen tacos de bistec, cecina y alambre.
Para cerrar, tienen un buen mezcal de Guerrero o algo de su carta de coctelería.
Dirección: Zacatecas 59, Roma Nte., Cuauhtémoc, 06700 Ciudad de México, CDMX