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¿Por qué comemos más cuando hace frío?

Sí, puedes culpar al frío por esas galletitas extra en tu café. Esta es la explicación sobre por qué tenemos más hambre con este clima.

Cuando hace frío el cuerpo siente la necesidad de comer más para mantener la temperatura en niveles normales. (Shutterstock)

La cobija no parece suficiente, así que decides prepararte un chocolate caliente o un café con piquete, pero la taza se ve muy solita y mejor vas por unas galletas y ya que estás en la cocina te das cuenta que también hay un tamal medio olvidado en el refrigerador y también va al plato.

Ya con el estómago repleto de alimentos que en realidad no sabías que estabas buscando quizá te preguntas cuál es la causa de esa necesidad de comer más. Y sí, puedes culpar al clima otoñal e invernal por ello.

Hay un proceso con el cual el cuerpo produce calor y reacciona según las condiciones que se presentan.

La doctora Karen A. Rodríguez Lemus explica en entrevista que comer más cuando hace frío se explica por la regulación del cuerpo para mantener la temperatura.


Para tener una temperatura corporal normal se requiere de más energía y en ese proceso, la grasa es lo que nos ayuda.

De acuerdo con la especialista, todo comienza en el hipotálamo, un área del cerebro con sensores por todo el cuerpo que se encarga de las funciones básicas para sobrevivir, como respirar, mantener los latidos del corazón, así como la temperatura corporal.

“Cuando uno de esos sensores detecta cambios, se activan señales para que el cuerpo responda”, comenta.

Alimentos: reservas de energía

“Todas las funciones que realiza el cuerpo requieren de energía que se obtiene de los alimentos”, dice Karen Rodríguez.

En esta manera, detalla, si comes un alimento este pasa por una red de procesos bioquímicos por medio de los cuales se digiere y convierte en moléculas cada vez más pequeñas hasta que se obtienen moléculas de energía llamadas ATP, utilizadas por el cuerpo para hacer funcionar todo lo demás.

“Cuando comemos más de lo que necesitamos el cuerpo guarda esa energía en forma de grasa, como reserva para cuando estás en ayuno, es como un almacén de energía para que aunque no comas el cuerpo pueda seguir funcionando”.

En condiciones donde baja la temperatura corporal, el cuerpo usa esa energía que almacenó en forma de grasa, sin embargo, hay que volver a llenar esas reservas, “así es que despierta la sensación de hambre”, explica.

¿Vas más al baño? El frío también es el culpable

Con el frío también es más común la necesidad de orinar, agrega la doctora:

“Cuando hace calor perdemos agua corporal en forma de sudor, pero con el frío no sudamos y la vejiga se llena más rápido, por eso vamos más seguido al baño”.

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