No siempre los desayunos cotidianos han sido tan crujientes y veloces como ese plato de cereal con leche que nos salva del hambre mañanera, este alimento comenzó a desarrollarse en el siglo XIX, impulsado por motivos nutricionales y por el movimiento vegetariano de la época.
Se trata de un producto alimenticio que deriva de distintos cereales como arroz, maíz, trigo o avena.
Hace cerca de 100 años, en la década de los 20, los cereales ya aparecían en anuncios publicitarios en México, aunque, según un artículo de la investigadora Sandra Aguilar Rodríguez, para los años 40 y 50 solo era consumido por algunos sectores, principalmente clase media-alta, “el consumo de cereales como corn flakes no era nada común en esas décadas”.
Su historia nos remonta un poco más atrás en el tiempo, cuando, según la Asociación Española de Fabricantes de Cereales, en Estados Unidos inició una corriente defensora de la dieta vegetariana y las costumbres saludables:
“Uno de sus miembros fue el artífice del establecimiento de la popularidad del vegetarianismo a finales del siglo XIX y principios del XX: John Harvey Kellogg”.
Cereal: producto de un accidente
En 1863 un inventor llamado James Caleb Jackson creó el primer cereal para el desayuno, en Nueva York; sin embargo, esta primera versión no era nada práctica, pues debía remojarse desde la noche anterior para poder ser consumido.
Años después, en 1898 nació por casualidad otra versión, cuando John Kellogg administraba el sanatorio de Battle Creek, en Michigan; él y su hermano William K. Kellogg estaban investigando nuevas formas de alimentación.
Un día olvidaron trigo cocido dentro del horno y, cuando lo tostaron de nuevo, por accidente crearon los primeros copos: eran ligeros y crujientes, luego se conoció como la receta de corn flakes.
En un articulo de National Geographic, se explica que en 1896 fue patentado el invento de los hermanos, con la descripción de “cereales en copos y proceso de preparación de los mismos”, pero solo estaba a nombre de John Harvey.
William se molestó por no recibir el mismo reconocimiento, más tarde discutieron de nuevo porque él quería agregar azúcares a los cereales, lo cual indignó a John, partidario de otro tipo de alimentación.
Según National Geographic, con el paso del tiempo, a John dejó de interesarse en el negocio y William compró la parte de su hermano para fundar la empresa Battle Creek Toasted Corn Flake Company, con ello llegó otra pelea, pues a John no le gustó el uso de su apellido. Al final William ganó la demanda.
Ya en 1906 comenzaron a comercializar las hojuelas como un sabor para el desayuno que revolucionó la mesa de los estadounidenses, acostumbrados hasta entonces a la carne por la mañana. Una década después, varias compañías hacían productos similares.
El polémico John Kellogg
Según un artículo de Brendan Bachmann, John Kellogg pensaba que comer alimentos suaves, a base de verduras y cereales, reducía el riesgo de sufrir una serie de problemas de salud:
“Era vegetariano y no servía carne en el sanatorio, pues creía que disminuía la fuerza física y albergaba bacterias. Basándose en estas creencias, experimentó con la creación de sus propios productos alimenticios sanos y los suministró a los pacientes del Sanatorio”.
John Kellogg se adhería a un régimen al que llamó “vida biológica”, sustentada en aspectos como una alimentación son alcohol, té, café, tabaco y carne, también era un médico polémico, puesto que era fiel creyente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, era promotor de la abstinencia sexual y estaba contra la masturbación, por ello buscaba maneras de erradicarla.
“Está bien documentado que Kellogg experimentó con una amplia variedad de tratamientos de salud como parte de su filosofía de ‘Vida Biológica’, algunos que se consideran visionarios (ejercicio, aire fresco y alimentos con bacterias vivas), y otros que van desde los ligeramente extraños (baños de luz eléctrica, máquinas de vibración y bofetadas, baños continuos en agua que podían durar días si se consideraban necesarios) hasta los algo perturbadores (enemas de yogur, mutilación genital para evitar la masturbación)”, detalla Brendan Bachmann.
¿Qué tan saludable es desayunar cereal?
Hace unos días, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) inmovilizaron 380 mil 149 piezas de cereales Kellogg’s en sus marcas Rice Krispies, Corn Flakes y Special K.
Se trató de una medida precautoria por incumplir en el etiquetado de alimentos, como omitir sellos de exceso de calorías o azúcares añadidos y presentar leyendas o imágenes interactivas en productos con sellos de advertencia.
¿En verdad es sano desayunar cereal? En una publicación de la Revista del Consumidor, la nutrióloga Adriana Quintero explicó que éste puede combinarse en el desayuno con otros alimentos y dar una dieta recomendable.
La combinación cereal, fruta y leche es una buena fórmula, pero es necesario considerar la cantidad de azúcar que contienen algunas marcas.
“¡Aguas con el azúcar, porque sí son cantidades importantes!”, expuso en dicha publicación la doctora Lucero Rodríguez, especialista de la Secretaría de Salud, por lo que lo ideal es no consumirlo con frecuencia, sino con moderación.