¿Un chocolate puede causar salmonelosis? En los últimos días los ‘huevitos’ Kinder han estado bajo lupa por una sorpresa inesperada: están siendo investigados porque ciertos lotes están relacionados con casos de esta infección frecuentemente asociada a huevos reales y carne de pollo cruda o mal cocida.
Primero fue en Europa, donde la empresa Ferrero International S.A., que produce los huevos Kinder, retiró de establecimientos de Reino Unido e Irlanda varios lotes de sus chocolates tras detectarse casos de salmonelosis en diversas ciudades del continente.
El Ministerio del gobierno de Francia reportó que de 21 casos de personas con salmonela, 15 estaban relacionadas al consumo de dichos chocolates.
Luego la precaución se extendió a México: la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) emitió una alerta este lunes por la posible contaminación de dicha bacteria en cuatro lotes del producto Kinder mini eggs, fabricado en Bélgica.
¿Cómo se contrae la salmonelosis por alimentos?
En principio, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) explican que la salmonella es una bacteria que se puede encontrar en alimentos como la carne de pollo, res, cerdo, frutas, germinados, huevo, atún crudo, hongos, quesos, vegetales e incluso en alimentos procesados, capaz de alcanzar a esos codiciados huevitos de chocolate.
Dicha agencia estadounidense de salud pública detalla que la salmonella se contrae al comer productos contaminados, los cuales tienen una apariencia, sabor y olor normales, de hecho ésta causa más enfermedades transmitidas por los alimentos que cualquier otra bacteria.
De entre todos los alimentos, la CDC expone que el pollo es una de las principales causas de la infección, en especial si se consumió sin estar bien cocido, si sus jugos tienen contacto con alguna superficie y luego contaminan otros ingredientes que se consumen crudos, por ejemplo, cuando la lechuga se pica en la misma tabla en la que se colocó pollo crudo.
La contaminación cruzada puede propagar la salmonella y también puede pasar en productos de fábrica en diversos momentos de su elaboración como el lavado de ingredientes, o bien si alguien tocó algún alimento o utensilio sin la correcta higiene, aunque también es posible una contaminación después de la fabricación.
La salmonella se puede transmitir a través del agua contaminada, el medio ambiente, otras personas y animales, además, los menores de cinco años y mayores de 65 tienen más riesgo de contraer una infección grave.
Según Mayo Clinic, la infección por salmonella (salmonelosis) afecta al aparato intestinal y dicha bacteria vive usualmente en intestinos de animales y humanos, se libera mediante las heces.
Algunas personas no tienen síntomas, otros manifiestan diarrea, fiebre y calambres abdominales, náuseas, vómitos, escalofríos, dolor de cabeza y sangre en las heces. Algunas variedades de salmonella provocan fiebre tifoidea.
¿Cómo evitar la contaminación de alimentos en la cocina?
La CDC da algunas recomendaciones al cocinar para evitar la transmisión de salmonella:
- Lavarse bien las manos antes y después de manipular alimentos.
- Desinfectar superficies y lavar los utensilios de cocina con agua jabonosa en especial después de tener contacto con carnes crudas.
- No lavar huevos, carnes, pescados o mariscos crudos antes de cocinarlos: “el lavado puede propagar los microbios a otros alimentos, utensilios y superficies”.
- No mezclar carnes crudas y huevos con otros alimentos al hacer las compras o al almacenar en el refrigerador.
- Usar tablas y platos especialmente destinados a las carnes crudas.
- Cocinar bien los huevos y no consumir claras o yemas de consistencia líquida.
- Refrigerar bien alimentos perecederos, no dejarlos sin refrigeración más de dos horas.