“¿Su café va con leche de almendras, soya, deslactosada, descremada...?” Esta pregunta ha complicado las decisiones en las cafeterías alrededor del mundo, pues la variedad de productos a los que se llama ‘leche’ pueden llenar de posibilidades la taza.
El ser humano es el único mamífero que consume leche de otras especies después de la lactancia; sin embargo, con el tiempo, muchas personas se vuelven intolerantes a la lactosa y es ahí cuando los productos llamados ‘leche vegetal’ hacen de las suyas en el mercado, como posibilidades menos gaseosas para el estómago, o bien, simplemente una alternativa popular en las tendencias alimentarias o un estilo de vida vegano.
Entre las preferidas por los detractores de los productos con lactosa está la ‘leche de almendra’, la cual compite desde hace algunos años con la de vaca, pero ¿cuál es mejor para la salud?
La ‘leche vegetal’ no es leche
En principio, hay que destacar que no todo producto se puede vender como leche, este alimento está regulado por Normas Oficiales Mexicanas (NOM), donde se le define como el producto obtenido de secreción de las glándulas mamarias de las vacas o de cualquier otra especie animal.
Entre los productos alternativos a la leche encontramos las bebidas de origen vegetal, preparados con ingredientes como soya, almendra, arroz, coco y avellana.
Desde hace algunos años, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha insistido que estas bebidas no se pueden vender como leche ni equipararse con ésta.
“Por error, muchos se refieren a estos productos como ‘leche’, aunque esta denominación sólo se puede utilizar para nombrar al producto obtenido de las glándulas mamarias”, describe una publicación de su Revista del Consumidor de 2016.
De acuerdo con el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor, además del agua y el vegetal, este tipo de bebidas suelen incluir otros ingredientes según la marca: azúcares, aceites vegetales, sal, calcio, vitaminas, emulsificantes, espesantes y más, los cuales hacen cambiante el valor nutrimental de cada una.
“El contenido de proteínas de estas bebidas variará dependiendo del aporte que le otorga el vegetal y de la cantidad de éste en el producto”, se detalla.
¿Leche de vaca o de almendras?
En 2019, Profeco analizó de nuevo las bebidas vegetales y reafirmó: “aunque estas bebidas suelen sustituir el consumo de leche, en aporte nutrimental son distintas”.
En la Revista del Consumidor de mayo de ese año se detalla: “la leche aporta nutrimentos esenciales para el organismo tales como proteína, grasa y calcio, las bebidas vegetales también, pero la diferencia entre ambas radica en la cantidad de nutrientes que aportan”.
Por su parte, en una publicación de UNAM Global, María Del Carmen Iñarritu Pérez, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, agrega que las bebidas de origen vegetal no son alimentos intercambiables sino complementarios que pueden formar parte de una alimentación variada.
La académica resalta que el consumo de leche animal da a los seres humanos proteínas y calcio; en particular en la infancia, es su principal fuente de calcio y de otras vitaminas y minerales importantes para el crecimiento, “no es sustituible, ni reemplazable” por los productos vegetales.
“No deberían considerarse sustitutos de la leche porque, aunque su aspecto es similar, tienen una composición nutrimental diferente, y, en general, tienen menos proteínas, calcio, vitamina B12 y vitamina D, por lo que se recomienda que se les fortifique con estos nutrimentos”, detalla.
¿Cuál leche vegetal es mejor?
De entre las bebidas de origen vegetal, la ‘leche de almendras’ no destaca por sus aportes nutrimentales, al igual que las de arroz, coco, avena y almendra con coco, tienen un mínimo aporte de proteína, a diferencia de las bebidas de soya, cuyo contenido es mayor e incluso parecido al de la leche, afirma Profeco.
La investigadora de la UNAM agrega que a excepción de la leche de soya y de chícharo, las bebidas vegetales tienen un “aporte proteínico pobre”.
Hay que destacar que, según la especialista, las bebidas de origen vegetal pueden ser parte de una dieta sana para las personas intolerantes a la lactosa y las alérgicas a la proteína de la leche, además por lo general no tienen colesterol y son ricas en fibra dietética, aunque suelen ser más costosas.
“La recomendación siempre es fijarse tanto en la información nutrimental, como en la lista de ingredientes, la cual va de mayor a menor: si vemos que es de linaza o almendras, pero están casi al final de la lista de ingredientes pues significa que tiene muy poquita cantidad y no será suficientemente nutritiva; si nos fijamos en eso podemos conseguir un producto nutritivo o prepararlo en casa porque saldrá más barato y sabremos con qué la estaremos elaborando”, agrega la experta.