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¿Tu olla de barro tiene plomo? Así puedes saberlo según Profeco

Tradicionales, prácticas y a veces peligrosas, no todas las ollas de barro son seguras para la salud, te decimos cómo saberlo.

El barro es un preciado material en las cocinas mexicanas, ollas, jarros, platos y una infinita variedad. (Foto: Shutterstock).

El barro es uno de los materiales más preciados en una cocina mexicana: en el mole permite cocciones largas a fuego lento, convierte al café simple en ‘de olla’, es el jarrito ideal para un atole, la medida exacta en un plato ‘pozolero’; sin embargo, no toda vajilla de este material es segura para la salud debido a la posibilidad de que tenga plomo.

En la época prehispánica ya se utilizaba el barro pero sin plomo, explica en una entrevista para la Revista del Consumidor Emma Yanes, Directora General del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART).

La historiadora detalla que en ese entonces los recipientes se hacían impermeables mediante el bruñido (un tallado cuidadoso de la pieza que cierra sus poros), de esta manera podían contener agua y otros líquidos sin filtraciones; para decorar se hacían engobes (colores con arcillas y minerales).

Todo cambió en la época de la Conquista española, cuando llegó la loza vidriada impermeable hecha a base de plomo, con la cual se evita que los líquidos se transfieran en las piezas, describe, “esto permitió tener jarras de agua y cazuelas impermeables que además podían ponerse directamente sobre el fuego”.

¿Por qué las ollas con plomo son dañinas para la salud?

Durante muchos años se ha utilizado en el barro un esmalte o vidriados con base de óxido de plomo, conocido como ‘greta’, en platos, comales, jarritos para el café, ollas para frijoles, cazuelas y demás.

Sin embargo, el plomo es un material tóxico, de hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera uno de los 10 elementos químicos de mayor importancia para la salud pública.

Cuando el esmalte de plomo entra en contacto con agua o alimentos, éste se libera y los contamina.

En una publicación anterior de la Revista del Consumidor (junio de 2021) se explica que los peligros del plomo en los recipientes de cocina no se advirtieron hasta 1878, cuando el doctor Gustavo Ruiz Sandoval publicó el artículo “Envenenamiento lento por plomo en los habitantes de Oaxaca”, ahí lo identificó como causante de inflamación del abdomen, vómitos y diarreas, rectitis y demás.

Aunque con el tiempo se han comenzado a crear artefactos de barro para alimentos con esmaltes libres de plomo, por costumbre en algunos lugares se siguen haciendo con este material peligroso para los artesanos y los consumidores.

De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) estos son algunos de sus riesgos:

  • Puede afectar los sistemas renal, endocrino y sanguíneo.
  • Problemas del corazón.
  • Disminución de la función pulmonar.
  • Sus efectos inmediatos son neurológicos.
  • El envenenamiento en la infancia puede traer posteriores problemas renales, hipertensión arterial y problemas de la reproducción.
  • Sus efectos tóxicos afectan más a los niños, quienes absorben una mayor proporción del plomo.
  • Altera el sistema reproductivo en hombres y mujeres y la conformación normal del feto durante el embarazo.
  • Las alteraciones metabólicas y celulares conducen a anemia.
  • Problemas inmunológicos, hepáticos, gastrointestinales y cáncer.

¿Cómo saber si una olla de barro tiene plomo?

Según Profeco, hay una manera muy sencilla de detectar el plomo en artículos que se usan en la cocina:

  • Agrega vinagre blanco en un porcentaje del 25 por ciento del volumen de la pieza, o bien, sumerge una parte de ésta en el líquido durante 24 horas.
  • Al pasar ese periodo de 24 horas, lava la pieza y sécala bien.
  • Si sufrió un deterioro en la superficie donde estuvo el vinagre (pérdida de brillo o textura rasposa), esto indica que el esmalte tiene plomo y estás en riesgo de intoxicación, por lo que debes evitar su uso para alimentos.


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