El queso es uno de los ingredientes más codiciados alrededor del mundo, ya sea una quesadilla de quesillo, una pizza con mozzarella de búfala, un poco de seco desmoronado sobre unos frijoles refritos, un manchego en tapas o hasta el famoso casu marzu, considerado el más peligroso del mundo, pero ¿qué tan malo es comer demasiado?
Gratinado, seco, fresco, sus posibilidades son infinitas, es un producto ancestral que resulta de la maduración de la cuajada de leche; de sabor agradable y cremoso, también es valorado por sus cualidades saciantes.
Además, para fortuna de las personas intolerantes a la lactosa, hay algunas que logran tolerarlo mejor que la leche porque tiene menos lactosa, en particular los firmes como el cheddar, la mozzarella y el queso suizo.
¿Qué pasa si como mucho queso?
Un artículo de Harvard T.H. Chan School of Public Health explica que los nutrientes de los quesos son variables, pero en su mayoría tienen:
- Alto contenido de sodio por porción, puesto que la sal es un ingrediente clave para retener la humedad y evitar el crecimiento excesivo de bacterias.
- Los productos lácteos enteros contienen una gran cantidad de grasas saturadas y algo de colesterol.
- Fuente de calcio, proteína, fósforo, vitamina B12 y vitamina A.
En consecuencia, “generalmente se recomienda comer queso en cantidades limitadas, ya que sus componentes pueden ejercer un efecto negativo para la salud”.
Aumento de peso
En una publicación de Eat this, not that, la especialista en nutrición Lisa Young explica que el queso puede tener un efecto positivo por sus proteínas y porque ayuda a mantener la saciedad por más tiempo, lo cual ayuda al hacer una dieta equilibrada.
Sin embargo, demasiado queso tiene consecuencias contrarias, según Young las calorías del queso se suman con rapidez, si se consume una gran cantidad cotidiana se podría ganar peso con facilidad.
Un estudio publicado en la revista Nutrients explica una cantidad excesiva de ingesta de lácteos, que incluye queso, aumenta el peso corporal en adultos de 18 a 50 años.
Enfermedades del corazón
“Todos los alimentos, incluido el queso, se pueden consumir con moderación”, dice Toby Amidor en una publicación de Eat this, not that.
Pero el especialista dice que hay que tener en consideración qué tipo de queso se está consumiendo, por ejemplo, una taza de queso azul (135 gramos) tiene alrededor de 25 gramos de grasas saturadas.
“Una dieta alta en grasas saturadas se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades del corazón”, dice Amidor.
Las grasas saturadas aumentan los niveles de colesterol, ataque cardiaco o accidente cerebrovascular.
Siempre revisa cuál es el contenido del tipo de queso que consumes y considera tu historial médico para encontrar el adecuado según las calorías, grasa y sodio que requiere tu cuerpo.
Problemas estomacales
Toby Amidor agrega que mucho queso o lácteos están relacionados con problemas estomacales, gases e hinchazón, “comer una cantidad de lactosa superior a la capacidad del cuerpo para digerirla puede provocar trastornos gastrointestinales, que es la definición de intolerancia a la lactosa”.
Además, el queso no es una fuente de fibra, por lo que si además se lleva una dieta baja en fibra se podrían presentar problemas de estreñimiento, según explica Toby Smithson a Eat this, not that.
Cuidado con la presión arterial
Al tener una gran cantidad de sodio, las personas que padecen de presión arterial alta deben tener especial cuidado con su consumo de queso, mantener la ingesta total de sodio por debajo de 2400 miligramos por día y buscar quesos con menos de este contenido, como el suizo o los quesos blandos.
“Los quesos más blandos también tienden a ser más bajos en sodio debido al aumento de sodio requerido para el proceso de envejecimiento en los quesos duros”, detalla Smithson.
¿Qué cantidad de queso podemos comer al día?
De acuerdo con el artículo de Harvard, influye mucho la manera en que se acompaña el queso: ¿se sirve sobre una hamburguesa con tocino, alto en grasas saturadas o asado sobre la parrilla para una tostada? “La forma en que se come el queso puede conducir a diferentes resultados de salud”.
Este ingrediente puede formar parte de una dieta saludable, Harvard explica que si al acompañarse de alimentos como granos refinados (pasta blanca, pan, galletas saladas, etc.) y carnes procesadas puede anular sus beneficios para la salud.
“Por otro lado, el queso puede proporcionar beneficios para la salud si se consume como reemplazo de las carnes rojas y procesadas o se come como refrigerio en lugar de papas fritas”, agrega.
La American Heart Association recomienda porciones de queso de 1.5 onzas (42.5 gramos) y no exceder tres de éstas por día.
En la cantidad siempre hay que considerar el tipo del cual se trata, pues el consumo debería ser menor si es un queso alto en sodio y grasas.