Cada día caluroso, fin de semana o durante las celebraciones, no tardan en aparecer esas cervezas bien frías de todos los colores y formas: clara, oscura, en michelada, en ‘licuachela’ o ‘kittychela’, es tan popular que siempre inventan una nueva manera de tomarla; sin embargo, los mitos esta bebida se derraman en la mesa como su espuma.
Te contamos cuáles son algunos de las creencias más populares que en realidad no son ciertas.
La cerveza causa la ‘panza chelera’
Se dice que al beber cerveza de forma frecuente se desarrolla lo que se conoce como ‘panza chelera’ o ‘barriga cervecera‘, un aumento de peso en el abdomen que se achaca a esas chelitas de más.
Sin embargo, no existe un ingrediente en específico en la bebida que genere un aumento peso en el cuerpo, sino que esto es el resultado un coctel de malos hábitos alimenticios, una vida sedentaria y la edad.
El divulgador científico Greg Foot explicó a la BBC lo que sucede: al beber una gran cantidad de alcohol, el hígado tiene trabajo adicional, por lo cual debe concentrarse en eliminar las toxinas y quemar el alcohol. Esto implica que deja pasar las que provienen de otros alimentos que se ingieren, como papas, alitas y demás botanas.
Cuando el hígado se libera para dar seguimiento a lo que pasa con esas botanas, sus grasas ya están instaladas en el cuerpo, en particular en abdomen y caderas.
Es un proceso complejo, de varios factores, pero la cerveza no tiene toda la culpa de la ‘panza chelera’.
La cerveza siempre se sirve helada
Por supuesto que el sabor de una ‘chelita‘ fría es bastante refrescante, pero no se trata forma obligatoria de servirla, de hecho, si exageras en bajar la temperatura puedes arruinarla.
De acuerdo con Cerveceros de México, la Cámara Nacional de la Industria de la Cerveza y de la Malta, la chelita “bien muerta” (casi congelada) no es la mejor opción para disfrutar sus sabores, aromas e ingredientes.
De hecho, la Asociación de Cerveceros Caseros coincide y señala que las cervezas deben servirse a diferentes temperaturas para percibir todas sus propiedades, incluso hay algunas que se sugieren a temperatura ambiente.
Cerveceros de México dice que para enfriar una cerveza es recomendable evitar que se congele, alejarla de la luz directa para que no se ‘azorrille’ y servir a la temperatura ideal de su estilo en un vaso para apreciar todos su atributo.
Del mismo modo, el vaso o copa en que la sirvas debe estar fría, pero no congelada, ya que al tener restos de hielo que se mezclan con la cerveza, también descarbonata tu bebida y afecta la espuma.
La cerveza hidrata
Aunque la sensación de frescura llega a la boca con sus burbujas, la realidad es que la chela no hidrata, todo lo contrario.
En un artículo de The Conversation, Miguel Herrero, científico del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación y autor del libro Los falsos mitos de la alimentación, explica:
“La cerveza no puede ser buena para hidratarnos porque el alcohol tiene un efecto diurético que conlleva una alta deshidratación. Por idéntica razón, la cerveza tampoco ayuda a que el organismo se recupere después de un deporte intenso”.
Con la intensa pérdida de líquidos por sudor y orina, aumentan los niveles de deshidratación, la cual puede tener efectos como dolor de cabeza, calambres musculares y hasta un golpe de calor; además el alcohol es un vasodilatador, por lo cual el calor corporal asciende a la superficie de la piel, es decir, provoca más calor.
Las cervezas oscuras tienen más alcohol
Existe la creencia que el color de la cerveza determina el nivel de alcohol que tiene, supuestamente las oscuras las que embriagan más a sus consumidores; sin embargo, la realidad es que el color de la cerveza no indica el porcentaje de alcohol.
Una marca como Guiness, que vende la bebida oscura, tiene un porcentaje de alcohol de 4.2%. Mientras que una marca como Budweiser, especializada en cervezas claras, contiene un porcentaje más alto: 5%.
La cerveza es mejor en botella que en lata
Una de las guerras más populares: ¿cerveza en lata o en botella? Cerveceros de México dice que ambos soportes (vidrio y aluminio) tienen el objetivo de proteger a la cerveza del contacto con la luz y el oxígeno.
Cada uno tiene sus ventajas y contrario a lo que se piensa, el aluminio no deja un sabor metálico en la boca y ofrece la misma protección que el barril, pero en formato individual, lo cual le da una gran ventaja frente a las botellas de vidrio.
Sea cual sea la que elijas, los expertos aconsejan siempre beber la cerveza en un vaso, ya que esto permite percibir mejor sus propiedades.
Brew&Hub agrega que según los test de consumo la realidad es que “los consumidores no son capaces de percibir y distinguir el producto en lata del embotellado”.
La cerveza se sirve sin espuma
Muchos abogan que no se debería incluir la espuma al consumirse la cerveza, pero en realidad tiene un uso bastante importante.
La espuma que generan las cervezas son el resultado de un proceso químico dentro de la bebida que se produce por la liberación de dióxido de carbono transformado en burbujas: la fermentación. A pesar de ello, muchos creen que no hay un uso para esta capa que se genera al tope de la bebida.
De acuerdo con Cerveceros de México, hay que dejar una cantidad justa de espuma, pues tiene varios beneficios:
- “La espuma es tan importante, una vez que las burbujas explotan, se liberan todos los aromas presentes en la cerveza, lo que ayuda a que se tenga una experiencia gustativa mucho más profunda”
- Sabor: entre más espuma se evita el contacto del líquido con el aire.
- La espuma es una capa protectora: ayuda a que la bebida no se oxigene y no pierda el gas tan rápido.