El queso en México está viviendo incrementos en los precios no vistos desde 1997, este agosto tuvo el crecimiento más fuerte en 25 años (22.3% anual); sin embargo, el amor por este ingrediente no siempre encuentra un límite en la cartera: alrededor del mundo hay personas que pagan más de cien mil pesos por un kilo de este ingrediente.
Si bien hay quesos costosos como el Casu Marzu, considerado el más peligroso del mundo, hay otros tan extravagantes y que han superado su precio.
¿Cuál es el queso más caro del mundo?
Cabrales: 400 mil pesos
Hay un queso que rompió un récord Guinness como el más costoso vendido en una subasta, según los registros, se pagaron 20 mil 500 euros por dos kilos de Cabrales (alrededor de 400 mil pesos mexicanos), es decir, 200 mil pesos por kilo.
El récord fue obtenido por el Consejo Regulador DOP Cabrales (España) en 2019 y previamente lo había logrado también en 2018, cuando se pagaron 14 mil 300 euros por 2.62 kilos del mismo tipo de producto elaborado en la quesería Valfríu.
Antes de este suceso, no había registros en Guinness World Records para el queso más caro vendido en una subasta.
Cabrales es un reconocido tipo de queso azul semiduro, de sabor muy fuerte, elaborado artesanalmente en Asturias, España mediante un complejo proceso: madura dentro de cuevas en los Picos de Europa, a donde se llega solo caminando durante dos kilómetros con el producto en los hombros. Ahí pasa de tres a seis meses en maduración, con volteos semanales.
Desde 1981 tiene una Denominación de Origen (DOP), por lo cual debe cumplir con especificaciones como solo ser elaborado con leche autóctona bajo las técnicas tradicionales.
Pule: 19 mil a 97 mil pesos
Fuera de la extravagancia de una subasta, hay otro queso que ha vendido de mil a cinco mil euros por kilo: el Pule, es decir entre 19 mil y 97 mil pesos mexicanos. Su nombre viene de la palabra pule, que en serbio significa potro.
Este queso es de color blanquecino, intenso y originario de los Balcanes, en Sremska Mitrovica, Belgrado (Serbia), se elabora con leche de burra de una raza que habita ese territorio, las cuales solo se alimentan con pasto y heno.
La explicación de su precio, además del peculiar tipo de burras, es que éstas dan mucha menos leche que las vacas, alrededor de 300 mililitros a un litro por día.
Asimismo, contiene menos caseína, por lo que es complicado que se vuelva sólido y se necesita de más leche para lograr la consistencia. Para preparar un kilo se necesitan 25 litros de leche de burra y se combina con un porcentaje de leche de cabra.
Es tan popular que hace unos años sonaron rumores de que el tenista Nokav Djokovic compraba toda la producción para ofrecerla en forma exclusiva en sus restaurantes.
Su sabor es dulce y suave, un poco amarilloso y textura consistente.