El café con leche es una de las versiones más populares de esas tazas de cafeína que despiertan a los somnolientos alrededor del mundo o a cualquier hora, pero ¿en verdad es la mejor manera de tomarlo?
Para la década de los 30, en México era un consumo habitual el café molido, preparado en una olla de barro, con canela, piloncillo y agua; con el tiempo se popularizó el café soluble, el cual se conoce desde el siglo XIX, aunque llegó a más mesas mexicanas en la década de los 40, en especial preparado con leche.
En la actualidad, en México hay una alto porcentaje de bebedores de café con leche, la cual suele ser soluble y con azúcar; es una de las maneras en que adolescentes y niños lo consumen, además de que puede ser igual desayuno o cena. Sin embargo, hay algunos aspectos a considerar en este hábito.
¿Es bueno o malo tomar café con leche?
Tiene más calorías
En principio, el café negro solo tiene muy pocas calorías, una taza de 8 onzas (236 mililitros) contiene tan solo 2.
Según la FDA, la dosis adecuada para las personas adultas sanas es de 400 miligramos de cafeína al día, así que se pueden consumir alrededor de cuatro o cinco tazas de café sin ningún problema y disfrutando de su sabor y beneficios para la salud.
Sin embargo, Harvard T.H. Chan School of Public Health describe que sus propiedades cambian si se le agregan otros ingredientes, “si tomas tu café con crema y azúcar, estás agregando más de 100 calorías adicionales a tu taza diaria”:
- Una cucharada de crema contiene 52 calorías.
- Una cucharada de leche entera contiene 9 calorías y, si bien esto no es tanto, se suele agregar sin medir o el café soluble se prepara directo en la taza de leche, “es posible que obtenga varias porciones de leche o crema en su café”.
- Una cucharada de azúcar contiene 48 calorías.
Efectos negativos al sistema digestivo
La Sociedad Española de Nutrición explica que la mezcla de taninos del café (antioxidantes) y la caseína de la leche podrían tener efectos negativos en el sistema digestivo y en el hígado.
Por separado, los taninos son moléculas útiles y de alto valor para el organismo, pero al mezclarse pueden resultar agresivos.
Solo un poco de leche
Las personas sanas que toman café con leche podrían no experimentar ningún efecto y disfrutan de que en la mezcla no se por completo todos los polifenoles o antioxidantes del café, aunque estos sí disminuyen; al mezclar estas dos bebidas adquiere otro significado nutricional, por lo que ya no hablamos de las tres o cuatro tazas recomendadas al día.
El exceso podría marcar la diferencia, por lo cual los especialistas recomiendan que solo sea un chorrito de leche, además de considerar la cantidad de tazas que se tomarán al día.
Con la leche entran en juego las grasas saturadas, cuya recomendación de consumo diario es de 10 por ciento de energía en la dieta, según la Organización Mundial de la Salud.
Por ello, si se va a sumar al café se aconseja que muy poco y en sus versiones descremada, semidescremada, las cuales tienen menos calorías, grasas y tienen un aporte de calcio.
Intolerantes a la lactosa
Añadir leche entera al café puede resultar en algo negativo para intolerantes a la lactosa. Se recomienda que se sustituya por versiones vegetales de este producto o por deslactosada.
¿Quiénes no deben tomar café con leche entera?
El sitio especializado de Coffee Science recomienda evitar la leche entera en el café en estos casos:
- Si buscas disminuir las calorías en tu dieta: la leche suma carbohidratos, el café que contiene azúcar y leche contiene alrededor de 56.6 calorías.
- Si hay riesgo de alergia, en su lugar propone la versión de almendras, que en realidad no es leche y tiene menos calorías.
- Una taza de café con las 50 calorías adicionales de leche es una opción más viable si quieres evitar el insomnio al tomarlo por la noche; el café negro solo tiene un efecto más potente porque no hay crema o leche que limite los efectos de la cafeína.