Uno de los productos lácteos más consumidos en el mundo es el queso, que le da a sus amantes facilidades en su uso ya sea para preparar una botana o como parte de un platillo más elaborado. Existen distintos tipos que varían en sus sabores entre suaves o fuertes, así como colores, consistencias e incluso la grasa de cada uno.
El queso está hecho precisamente de grasa y proteína, pero la proporción depende de su grado de maduración. Los que se consideran light contienen un porcentaje de menos del 10 por ciento de grasa, mientras que entre el 10 al 25 por ciento está el semidesnatado. Entre estas categorías se encuentran los considerados más saludables, que incluye variedades como el cottage, requesón, ricota, fresco, feta o queso de burgos.
Cuando ese rango se ubica en menos de 45 por ciento será un queso semigraso y cuando lo supera ya se considera graso. Aunque hay quienes ya tienen sus favoritos, ¿sabes cómo reconocerlos?
Tips para identificar quesos grasosos
A simple vista en el supermercado vemos distintas marcas, pero poco sabemos sobre su contenido calórico. Los quesos desnatados que recomiendan muchos nutriólogos generalmente tienen una consistencia más suave y tiran más agua, por lo que no serían considerables para una pizza.
Cuando hay menor cantidad de agua sus nutrientes se concentran y se tornan grasosos. En esta categoría se suman los que cuentan con mayor cuerpo como los siguientes:
- Manchego – 50 por ciento de grasa
- Queso de cabra – 36 por ciento de grasa
- Gruyère – 32.4 por ciento de grasa
- Cheddar – 33.8 por ciento de grasa
- Roquefort – 30 por ciento de grasa
- Queso azul – 28.7 por ciento de grasa.
Así que ya sabes, trata de evitar los quesos amarillos en tu dieta diaria y así también tendrás menos ingesta de colesterol.
Antes de realizar tu compra revisa en la etiqueta de cada producto la tabla de valor nutrimental, donde se despliega toda la información acerca de los porcentajes de grasa, sodio, proteína, entre otros aspectos.
Si quieres cuidar tu salud, busca las opciones con menos calorías, aunque siempre con moderación ya que se recomienda comerlo en cantidades limitadas para que no te afecte negativamente.