¡Para chuparse los dedos! Los camarones son una delicia del mar muy versátil, empanizados, en caldo, a la mantequilla, al ajillo, en tostadas o simplemente como botana, con limón y sal, cuando se saborea incluso de la cabeza de este tipo de marisco.
Pese a que hay algunas partes del camarón que no se consumen en el plato, como la cáscara, la famosa ‘vena’ negra (el intestino) que se debe de retirar al limpiarlo previo a su preparación, así como la cola, pero hay quienes disfrutan incluso de saborear las cabezas al pelarlos en la mesa, donde hay un poco de carne oscura.
La cabeza también se consume en otro tipo de situaciones, de acuerdo con el Diccionario enciclopédico de la gastronomía mexicana, esta parte concentra la intensidad del camarón, incluso se usa para incrementar el sabor de guisados, caldos y preparados.
¿Es recomendable comer cabezas de camarón?
De acuerdo con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), no se aconseja chupar las cabezas de langostinos y camarones debido a que éstas concentran altas cantidades de cadmio, el cual es tóxico para los riñones y el hígado.
También está muy presente en el cuerpo del cangrejo (como el centollo o el buey de mar) y la advertencia de la AESAN es por la carne oscura de los crustáceos que está en especial en las cabezas de los camarones.
Dicha instancia explica que los niveles de cadmio son altos en esta parte de los crustáceos debido a que se acumula principalmente en el hepatopáncreas, el cual forma parte del aparato digestivo y se localiza en la cabeza.
El cadmio es un metal pesado que suele acumularese en el organismo con el paso del tiempo, durante un tiempo estimado de 10-30 años. Puede provocar:
- Disfunción renal
- Desmineralización de los huesos
- Cáncer a largo plazo
El cadmio también se encuentra en distintas cantidades en otros alimentos como las algas, el cacao, las setas silvestres, las semillas de girasol o los cereales.
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) señala que hay una ingesta semanal tolerable de cadmio: 2.5 microgramos por kilogramo de peso corporal, por ejemplo:
- Una persona de 75 kg: 0.187 mg a la semana.
- Una persona de 65 kg: 0.162 mg a la semana.
Consumer Eroski precisa que las personas pueden comer hasta un cuarto de kilo de mariscos sin alto riesgo de este metal, sin embargo, en las cabezas del camarón la cantidad es cuatro veces más (2 mg por kilo), en tanto, en el cuerpo de un cangrejo hay hasta 8 mg por kilo.