Uno de los alimentos más populares de la canasta básica es el huevo, que se ha convertido en uno de los favoritos de los mexicanos debido a que es económico y fácil de consumir ya sea estrellado, revuelto o en omelette, aunque si tienes problemas renales deberías seguir una dieta específica que no perjudique tu salud.
La función de los riñones es la de filtrar la sangre y de equilibrar sustancias como los minerales, el calcio o el fósforo, pero si tienes piedras o cálculos en los riñones –los más frecuentes son los de oxalato cálcico– no debes abusar de la carne, embutidos y el huevo, pese a ser una buena fuente de proteína.
De acuerdo con la organización estadounidense AARP, si el paciente sufre de una enfermedad renal se debe restringir el exceso de sodio y fósforo, así como grasa, colesterol y azúcar.
Consumir cantidades moderadas de huevo ayudarán a lograr el objetivo ya que se recomienda evitar específicamente la yema, que contiene altos niveles de fósforo. Esto no significa que se deba prohibir, ya que la alternativa es incorporar las claras.
Los beneficios del huevo
Según datos del Instituto de Estudios del Huevo, la clara compone un 60% de su peso total gracias a que ahí se encuentra más de la mitad de las proteínas y de la vitamina B2. Los aminoácidos te ayudan a generar y mantener sanos los músculos y huesos.
En tanto, la yema es el núcleo y se caracteriza por su color amarillo y densa consistencia; este corresponde al 33% de su peso y contiene la mayor parte de los nutrientes: hierro, zinc, fósforo, vitaminas A, D, E B6 y B12, ácido fólico, ácido pantoténico, colina y tiamina.
José Antonio Quintana López, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNAM, aseguró que es un mito que se relacione con problemas cardiacos o un alto colesterol.