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Un ‘chesco’ para Guillermo del Toro: Esta es la historia de su refresco favorito ‘pa’ bajar el taco’

Una bebida que sabe a nostalgia: Guillermo del Toro es fan de una bebida mexicana que nació en la década de los 30: el primer refresco sin gas en México.

Guillermo del Toro es fan de los refrescos de mandarina de una marca que inició en la década de los 30 en México. (Foto: Especial).

El mejor refresco del mundo”, escribió hace unos años el cineasta mexicano Guillermo del Toro en una publicación de Twitter donde compartió una imagen de un ‘chesco’ que sabe a nostalgia: una Chaparrita de mandarina, “pa’ bajar el taco de cochinita pibil”.

En esa publicación de 2016, el creador de Pinocho, cinta nominada al Oscar por Mejor película animada, completo su top 3 de refrescos: “Seguido por el Delaware Punch y la Lulu grande”.

Cuando el director de La forma del agua y Hellboy visita las calles de Jalisco hace un recorrido por varios lugares como Churros La Bombilla, Nevería El Polo Norte, el Mercado de Santa Tere y Los Laureles, una taquería que frecuenta desde niño, donde siempre pide su Chaparrita de mandarina para acompañar panuchos y sus preferidos: los tacos.

Incluso en las redes sociales de Los Laureles han mostrado fotos con del Toro, en 2018 lo felicitaron por su nominación a los Premios Oscar con una fotografía de él en el lugar, se observan los manteles de papel de antaño y varios refrescos de mandarina en su mesa.

Así nació el refresco favorito de Guillermo del Toro

Hoy México es el primer consumidor de refrescos en el mundo. Las llamadas gaseosas se popularizaron primero en Estados Unidos en el siglo XIX y luego extendieron sus burbujas hasta este país, donde se acostumbraban las aguas frescas, y se asentaron en el gusto de las personas en las primeras décadas del siglo XX.

Las Chaparritas son un refresco que muchas infancias mexicanas recuerdan en los recreos de las escuelas, un envase de vidrio que ha existido desde la década de los 30.

Es el primer refresco sin gas en México y nació en 1937 con la característica de hacerse mediante la extracción de concentrado de fruta natural, “en una fórmula más ligera y sin gas”, describe en su sitio web, para parecerse más a las aguas frescas caseras.

Una década después, en 1947, esta bebida producida por la empresa Del Fruto comenzó a venderse con el nombre de El Naranjo, solo existía en sabores de piña, mandarina y uva. También produjeron Sangría Señorial, Barrilitos y Trébol.

La botella también ha sido un diferenciador, más pequeña que otros refrescos, lo cual provocó que la gente comenzara a llamarlas ‘chaparritas’, por ello renombraron la marca con este nombre en 1953.

La publicidad de la época mostraba a niños bebiendo agua de los lagos con la leyenda “No se exponga, tome Chaparritas El Naranjo”. Además, durante muchos años en su etiqueta apareció una niña sonriente de cabello negro y vestido de rojo, con frutas.

Se volvió popular en los lunch de las escuelas, además de cumpleaños infantiles y visitas a Chapultepec y demás parques. Hoy muchas personas lo toman para recordar su infancia, otras para “bajar el taco”.

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