¿Eres de aquellos que les encanta ponerle sal a la comida ‘para que agarre más sabor’? Cuidado, porque podrías estar poniendo en riesgo tu salud, pues el consumo en exceso puede traer consecuencias a nivel cerebral.
Si bien ya se había hablado de que consumir sal en grandes cantidades potencializaba el aumento de la presión arterial, un reciente estudio no solo ha confirmado esta teoría, sino que habla también sobre el impacto que tiene en la función de la memoria.
Un grupo de investigadores japoneses de la Universidad de Salud de Fujita, liderados por el Dr. Hisayoshi Kubota, realizaron un estudio en donde encontraron que la adición excesiva de fosfatos (presentes en la sal refinada) a la proteína tau (relacionada con padecimientos como el alzheimer) está directamente relacionada con conscuencias a nivel cognitivo.
¿Qué es lo que hicieron para el estudio?
Para llegar a esta conculsión, el grupo de investigación hizo la prueba con ratones de laboratorio, a los que se les suministró agua potable con un porcenaje de sal (2 por ciento) por un periodo de 12 semanas, mismas en las que monitorearon su presión arterial.
“También se examinaron los efectos de la ingesta de esta cantidad de sal sobre la función emocional/cognitiva y la fosforilación de la proteína tau en dos áreas clave del cerebro de los ratones: el córtex prefrontal y el hipocampo”, explicó profesor Akihiro Mouri, otro de los encargados del estudio.
Asimismo, analizaron si los sistemas angiotensina II (Ang II-AT1) y prostaglandina E2 (PGE2-EP1), conocidos por su participación en enfermedades como la hipertensión y el deterioro neuronal, tenían algún tipo de modificación si se les mezclaba con el comsumo de sal.
Los resultados: Más sal, menos memoria, y más presión alta
Los resultados que arrojó el estudio realizado en ratones señalan que sí hubo modificación en el cerebro de estos a nivel bioquímico con una dieta donde fueron sometidos al constante consumo de sal.
Entre las principales modificaciones que presentaron fueron:
- Adición considerable de fosfatos a la proteína tau.
- Disminución de fosfatos de la proteína quinasa II, dependiente de la enzima calmodulina (CaMKII), que a su vez está relacionada con la señalización cerebral.
- Modificaciones en la proteína de densidad postsináptica 95 (PSD95), involucrada en organización y el funcionamiento de las sinapsis cerebrales; es decir, las conexiones a nivel neuronal.
Todas estas modificaciones bioquímicas fueron tratadas con Losartán, un medicamento recetado a personas que padecen de hipertensión. Gracias al consumo de Losartán, los ratones revirtieron dichos cambios.
Otro de los resultados destacables de dicha investigación es tomar la angiotensina II (Ang II-AT1) y prostaglandina E2 (PGE2-EP1) como punto de partida para tratar el deterioro cognitivo provocado, hasta cierto punto, por la hipertensión.