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Mito o verdad: ¿Qué pasa si me meto a nadar después de comer?

La creencia popular indica que puedes ahogarte si entras a la alberca con el estómago lleno. Esto es lo que sucede en tu cuerpo.

La recomendación popular indica que se deben esperar de 30 minutos a una hora antes de regresar a la alberca a nadar. (Fotoarte: Andrea López Trejo | El Financiero).

“No nades después de comer”: Hay pocas situaciones tan desesperantes como esos minutos de espera perdidos en playas y balnearios luego de saborear esa hamburguesa, sándwich o taquito para reponer fuerzas, que las personas consumen todavía con las manos húmedas por el agua y en toalla, al lado de las piscinas.

Este consejo de esperar cierto tiempo para regresar a la alberca luego de ingerir alimentos ha pasado de generación en generación, a lo largo de los años se ha tomado con mucha seriedad, ya que se cree que si no se cumple podría llevar al desobediente al ahogamiento, ¿pero qué tan cierto es?

¿Por qué es malo meterse a la piscina después de comer?

Se cree que causa calambres

El argumento central es que si se entra al agua después de comer, parte de la sangre de brazos y piernas puede desviarse al intestino para hacer la digestión, por lo cual las extremidades no reciben suficiente flujo para funcionar, causa fatiga y supuestamente aumenta las probabilidades de ahogarse.

También se habla de calambres, contracciones involuntarias del músculo esquelético durante el ejercicio, se considera que llevan al mismo trágico final.

En un artículo de The Conversation, Peter Milburn, profesor de la Universidad Griffith, explica que es cierto que la digestión desvía parte de la sangre de los músculos para facilitar la digestión, por lo que hay potencialmente menos oxígeno disponible para el músculo que está en movimiento y el estómago.

Sin embargo, en realidad hay suficiente sangre para mantener en funcionamiento todo el cuerpo, aun después de comer mucho.


Esta ausencia de flujo en las extremidades es una de las teorías sobre la causa de los calambres. Milburn agrega que esta sigue siendo estudiada y hay algunos investigadores que la descartan:

“Es más probable que los calambres durante el ejercicio se deban a una combinación de factores, como la deshidratación, el desequilibrio electrolítico y la fatiga neurológica, que son únicos para cada persona”.

‘Dolor de caballo’

Entre los comentarios para evitar la alberca por una hora, se afirma que puede dar una puntada aguda en el estómago, popularmente llamado ‘dolor de caballo’, el cual se relaciona con el ejercicio y también se asocian con la restricción del flujo sanguíneo que causan calambres en el diafragma.

Puede causar vómitos

Milburn dice que cualquier ejercicio vigoroso después de comer podría causar molestias, como acidez o vómitos, “esto es más probable que ocurra cuando hay un aumento de la presión externa, como al bucear”.

Esto puede evitarse si se ingieren comidas ligeras y sin tanta grasa, para que puedan digerirse rápidamente.

¿Cuánto tiempo hay que esperar para entrar a la piscina y nadar después de comer?

La recomendación popular dicta que deben aguardarse de 30 a 60 minutos para nadar, luego de la comida, no solo en México, sino en diversos países alrededor del mundo.

El médico Michael Boniface explica en un artículo de Mayo Clinic que su madre también le daba esa indicación cuando era niño, sin embargo, no existen pruebas que la sustenten:

“Ahora sabemos que realmente no hay base científica para esa recomendación. Puede que acabes con algún calambre estomacal o muscular, pero no es una actividad peligrosa para disfrutarla de forma rutinaria”.

Mayo Clinic agrega que, aunque quizá te sientas un poco incómodo al nadar con el estómago lleno, no pasará nada si entras a la alberca sin esperar el periodo indicado.

Según informes de Royal Lifesaving Association, citados por The Conversation, no hay registros de que se hayan perdido vidas por ahogamiento debido a nadar con la panza llena, tampoco hay advertencias oficiales de instancias de salud como la Cruz Roja.

En realidad, representa un riesgo mayor el ahogamiento por el consumo de alcohol y drogas, ya que Milburn explica que afectan el juicio y la capacidad física, además de que se incrementa el riesgo de espasmos si entra agua a la tráquea.


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