“¡Achúúúúú!”… y saquen el jengibre: este ingrediente es uno de los sabores más populares en todo el mundo, no solo ser protagonista de las famosas galletas navideñas o del ginger ale, sino que forma parte de todo un almacén de remedios caseros, en especial para las enfermedades respiratorias.
El jengibre es una raíz muy parecida en forma y sabor al cúrcuma (la otra especie de moda), es picante y empleada en varias formas, se suele combinar con canela, cúrcuma, miel y más.
Mientras algunos beben infusiones de esta especia con el objetivo de bajar de peso, en la medicina tradicional se consume para ayudar a la digestión, reducir náuseas y en especial para combatir gripe y el resfriado, ¿pero realmente funciona?
Antes de que te lances a consumir jengibre para todo mal, te contamos lo que se sabe en realidad desde la ciencia.
¿Qué beneficios tiene tomar jengibre para el dolor de garganta y la gripe?
El jengibre tiene compuestos activos llamados gingeroles y shogaoles, los cuales son poderosos antiinflamatorios y antioxidantes.
Según Harvard Health Publishing, esta planta obtiene muchas de sus propiedades medicinales del gingerol, además de fragancia y sabor, también tiene vitaminas y minerales como vitamina B3 y B6, hierro, potasio y vitamina C; sin embargo, no es precisamente una cura para el resfriado.
Medical News Today explica que no existen pruebas concluyentes donde se demuestre que el jengibre quite el resfriado, pero investigaciones consideran que puede ser una auxiliar para prevenirlos o mejorar los síntomas.
“No existe cura para el resfriado o la gripe, pero un tazón de sopa de pollo o una taza de té de jengibre caliente con miel pueden ayudar a controlar los síntomas. Algunos remedios caseros -como la vitamina C- pueden reducir ligeramente la duración de la enfermedad”, dice Healthline.
Estudios preliminares, en especial de laboratorio o en animales, han encontrado estos potenciales efectos del jengibre relacionados con el alivio de enfermedades respiratorias, aunque hace falta más investigación en humanos, dice Medical News Today:
- Antibacteriano.
- Antiviral: el jengibre fresco puede ayudar contra virus respiratorios, pero no hay pruebas de que pueda proteger contra el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, según se ha difundido en redes sociales.
- Antiinflamatorio: útil para quienes tienen infección de garganta, ya que puede reducir la inflamación llamada faringitis.
- Antioxidante: ayuda prevenir el daño celular que resulta de la inflamación.
¿Cómo tomar jengibre para la gripa o dolor de garganta?
Healthline detalla que una infusión de jengibre no solo dará una taza llena de efectos antioxidantes, antimicrobianas y antiinflamatorias, también ayudará a reducir el dolor y las náuseas, además de hidratar y aliviar el dolor de garganta.
Tu bebida podría ser más beneficiosa contra los síntomas del resfriado si le agregas limón, ya que será una buena dosis adicional de vitamina C para reforzar el sistema inmune; y miel, la cual ayuda a aliviar el dolor de garganta.
Además, el jengibre tiene efecto calorífico, agrega Medical News Today, es decir, propicia el calor. Dicho sitio asegura que puede consumirse fresco en varias formas:
- En agua caliente con limón, a modo de infusión.
- En jugos o licuados.
- ‘Shot’, molido con otros ingredientes como limón o agua de coco.
El Poder del Consumidor propone la siguiente receta si enfrentas un resfriado:
- Hierve un trozo no muy grande de jengibre pelado y picado o rallado, no demasiado porque podría resultar muy picante tu bebida.
- Deja reposar 5 minutos.
- Cuela la infusión.
- Puedes agregar jugo de limón y miel.
¿Quiénes no deben tomar jengibre?
Recuerda que si tienes algún padecimiento específico debes consultar a tu médico antes de consumir cualquier planta como remedio, ya que puedes encontrar efectos secundarios.
El jengibre puede interferir con algunos medicamentos porque es capaz de ralentizar la coagulación de la sangre. Medical News Today sugiere evitarlo en varios casos:
- Si tomas antiagregantes plaquetarios, como aspirina o clopidogrel o anticoagulantes.
- Puede provocar hemorragias adicionales durante o después de una cirugía.
- Durante el embarazo se debe consultar a un médico para saber si es seguro.