Siempre que tiembla en México, es posible que tengas el bolillo “para el susto” en la mano, aun antes de que deje de sonar la alerta sísmica... eso sí, nunca deberías comer aguacate, según la creencia popular. ¿Y qué tanto se ha probado sobre estos remedios?
El susto puede entenderse como una de las enfermedades culturalmente delimitadas en América Latina, según explicó el doctor Roberto Campos Navarro en un artículo de Gaceta UNAM, y hay varias maneras de ‘curarlo’, además del bolillo.
Al igual que el empacho o caída de mollera, este tipo de padecimientos no son tratados ni reconocidos por la medicina académica, aunque es posible que después de una impresión fuerte te encuentres con una serie de recomendaciones alimenticias.
¿Cuáles son los síntomas del susto?
Un susto puede entenderse como una reacción repentina ocasionada por el miedo, sobresalto o amenaza, el cuerpo reacciona porque siente peligro y se prepara para huir o luchar, se libera adrenalina y noradrenalina, lo cual impacta en el cuerpo.
Al pasar esa sensación de alerta donde el cuerpo se alista para sobrevivir, vienen los efectos secundarios.
La Coordinación de Nutrición UNAM dice que al sentir este tipo de emoción en el organismo se alteran los niveles de glucosa en la sangre, se acorta la respiración, sudan las manos y se acelera el ritmo cardíaco; como respuesta al estrés, se secretan jugos gástricos que pueden ocasionar acidez o náuseas.
El médico Jorge Saucillo agrega en una entrevista de UNAM Global que la ira también es una respuesta del cuerpo a una situación amenazante, es muy parecida al efecto de un susto porque se libera adrenalina, la frecuencia cardiaca y respiratoria aumenta y las pupilas se dilatan.
¿Qué pasa si como aguacate y me asusto?
Aunque el aguacate usualmente se relaciona con los corajes, también hay creencias populares que desaconsejan su consumo después de un susto.
Por suerte, puedes comer tu guacamole sin preocupaciones: Daniel Pahua, de la Facultad de Medicina de la UNAM, dice en una cápsula informativa que comer aguacate o huevo no hace daño después de situaciones como un enojo porque no están relacionados con los estados emocionales.
Así que comer aguacate no va a alterar el sistema nervioso ni ningún otro sistema u aparato del cuerpo.
Pahua agrega que si sientes algún malestar luego de una emoción intensa, esto no tiene qué ver con los alimentos, sino con otro tipo de problemas de la persona.
Por ejemplo, Jorge Saucillo agrega que al liberar adrenalina podrías ‘derramar bilis’, es decir, se vacía la vesícula biliar y esa sustancia permanece en el estómago, lo que ocasiona náuseas, vómito e inflamación.
Por ello, podrías sentirte mal después de comer aguacate, pero no por este fruto, de hecho puede pasar por cualquier alimento.
Por ejemplo, podrías ver efectos secundarios si consumes mucha grasa y luego enfrentas una situación de enojo por la bilis en tu estómago; en general, cualquier alimento con fibra, como la fruta o el pan, puede ayudar a contrarrestar el malestar por la bilis.
¿Comer bolillo sirve ‘para un susto’?
El bolillo es el clásico chilango para combatir el susto, aunque en Guadalajara en realidad consumen el birote para el mismo fin.
Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera, profesora de la Facultad de Medicina explica en una publicación de Gaceta UNAM que sí tiene fundamentos científicos comer un bolillo en estas situaciones:
- El estrés genera más ácido estomacal, un sentimiento percibido como vacío que ocasiona malestares como náuseas: “ingerir un pan reduce esa acidez tan molesta, como bien sabían nuestros antepasados”.
- “Por su cantidad de carbohidratos, este alimento inhibe la secreción de ácidos y nos ayuda a reponernos de un susto. Además, por ser masudo y tener la corteza dura, nos obliga a masticar, lo cual nos distrae y aminora nuestros miedos”.
La Coordinación de Nutrición UNAM menciona que el bolillo también ayuda a estabilizar la glucosa en la sangre y contrarrestar la sensación de “hueco en el estómago”; además, masticar un alimento puede colaborar para mitigar los efectos, también puede ser una tortilla.
¿Un susto te vuelve diabético?
Aquí sí encontramos otro mito, Nayeli Ortiz destaca que un susto no puede desencadenar la diabetes, como se ha difundido durante años:
“Si alguien descubre que la padece tras haber vivido momentos de estrés, es porque desde antes ya tenía un antecedente. Por ello, tras un sobresalto, los diabéticos pueden comer un pedazo de bolillo sin problema alguno, pues eso les ayuda a estabilizar el azúcar y a no marearse”.