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¿Cuál es el efecto del ajo en el hígado?

El ajo crudo aparece en varios remedios caseros para beneficiar al hígado, ¿pero en verdad funciona? Estas son sus propiedades para este órgano.

Entre la interminable cantidad de remedios caseros que puedes encontrar en la cocina, los que contienen ajo son de los menos atractivos para el paladar: ese sabor que se disfruta en un guisado, en los brebajes causa gestos y hasta efectos secundarios como mal olor, en especial cuando se consume crudo, ¿pero vale la pena por sus beneficios?

El ajo es un bulbo comestible que da sabor a arroces, guisados de puerco, pollo, res, conejo, pescados, mariscos, moles.

Este ingrediente se usa más allá de la cazuela, con fines medicinales desde hace cientos de años, tradicionalmente lo usaban egipcios, griegos, romanos, chinos y japoneses, dice National Institutes of Health (NIH).

Incluso el médico griego Hipócrates, ‘padre de la medicina occidental’, prescribía el ajo contra varios malestares.

A esta planta la podemos encontrar fresca, en polvo, aceites, o bien, en suplementos que se venden en tiendas naturistas... además de la larga lista de preparaciones caseras que buscan beneficiar a distintos órganos como el hígado.

¿Cuáles son los beneficios del ajo?

El NIH dice que actualmente se emplea el ajo en la salud como un suplemento dietético para ayudar contra enfermedades relacionadas con el corazón y los vasos sanguíneos, como el colesterol alto y la hipertensión:


“Se han realizado numerosas investigaciones sobre el ajo, especialmente sobre su efecto en los niveles elevados de lípidos en sangre (hiperlipidemia) y la hipertensión arterial”.

Muchas de las pruebas han arrojado resultados contradictorios y son limitados, aunque varios coinciden en tres puntos sobre consumir ajo como suplemento o alimento, explica el NIH:

  • Los suplementos podrían reducir los niveles de colesterol ‘malo’ (LDL) y total.
  • Hay una relación entre un mayor consumo de verduras de la familia del ajo (cebollas, chalotas, puerros) con un menor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, en especial gastrointestinales.
  • Aunque su uso está muy extendido para reforzar el sistema inmune y combatir resfriados, no se ha probado.

Healthline detalla que muchos de los beneficios del ajo para la salud vienen de compuestos de azufre que se liberan al machacarlos o picarlos, el más relevante es la alicina, la cual solo está brevemente presente después de cortarlo. Así que solo tendrá esa ola de potenciales propiedades si lo ingieres sin cocinarlo.

Asimismo, el ajo es nutritivo (rico en manganeso, vitamina B6, C, selenio y fibra), bajo en calorías y rico en antioxidantes que ayudan a combatir el estrés oxidativo que causa enfermedades crónicas.

¿Qué hace el ajo en el hígado?

Es posible que en Internet te encuentres con una enorme lista de remedios como el ajo con miel o su infusión, con lo cual se promete ayudar contra el hígado graso o desintoxicar a este órgano, ¿pero qué hace en realidad?

El hígado tiene alrededor de 500 funciones esenciales como eliminar toxinas, procesar y regular los niveles de químicos en la sangre, secretar bilis para sacar desechos, crear nutrientes, descomponer medicamentos y alcohol.

Así que lo que consumes impacta en su salud, por ejemplo, excederte con bebidas azucaradas como el refresco o el alcohol a la larga repercute en las tareas del hígado. ¿Y ahora quién podrá defendernos?... ¿El ajo?

Ayuda a la salud del hígado

Healhline destaca que el ajo es un vegetal con potentes compuestos vegetales antioxidantes y antiinflamatorios (alicina, la aliina y el ajoeno) que pueden contribuir a la salud del hígado, en especial crudo o en polvo, según los estudios.

Además, LiveStrong destaca que, según la investigación, el ajo puede “activar las enzimas hepáticas que ayudan al organismo a eliminar toxinas de forma natural”.

Science Direct coincide en los beneficios de añadirlo a la dieta: “el consumo de ajo es definitivamente una forma práctica de promover la salud y el bienestar, particularmente para las enfermedades hepáticas”.

Podría ayudar a pacientes con hígado graso

La revista Diabetes, Metabolic Syndrome and Obesity publicó un estudio en 2020 en el cual encontró que ingerir ajo en polvo podría ayudar contra la acumulación excesiva de grasa en las células hepáticas, lo cual causa la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Mientras que un análisis de European Journal of Endocrinology (2019) concluyó que el consumo frecuente de ajo crudo se asocia con menos riesgo de hígado graso no alcohólico en hombres, aunque falta más investigación.

¿Menos riesgo de cáncer de hígado?

Según la revista Nutrients (2019), hay una relación interesante: Comer ajo crudo dos o más veces por semana se asoció con menos riesgo de cáncer de hígado.

Podría causar lesiones hepáticas

Healthline advierte que, si bien el ajo crudo se considera seguro, “los suplementos de ajo concentrado pueden inducir lesiones hepáticas en algunas personas”.

Por ello, se recomienda hablar primero con un médico, en especial porque algunos remedios caseros o suplementos podrían ser tóxicos para el hígado, más aún para personas con enfermedades hepáticas, incluso podrían interferir con sus medicamentos.

¿Es lo mejor para limpiar el hígado?

Mayo Clinic destaca que las dietas depurativas que prometen limpiar de toxinas el cuerpo son innecesarias y pocas veces cumplen lo que prometen, de hecho, el cuerpo hace solo este proceso, sin importar si tomas o no remedios caseros.

Sin embargo, Heathline menciona: “comer ajo puede ayudar a desintoxicar los metales pesados del organismo... La alicina del ajo puede ayudar a reducir los niveles de plomo en la sangre y los órganos vitales”.

Esto no significa que sea lo mejor para tu hígado, puedes hacer más para ayudar a este órgano al consumir suficiente agua, bebidas saludables como el café, que es hepatoprotectora, y alejar de tu dieta a bebidas dañinas.

La Fundación Americana del Hígado destaca que una dieta equilibrada, bajas en comidas altas en calorías, grasas saturadas, azúcares y carbohidratos refinados pueden mantener sano a este órgano. “Eso puede implicar comer ajo a diario si se consume una amplia variedad de verduras y frutas”, añade LiveStrong.

Contraindicaciones del ajo

El ajo es seguro para la mayoría de las personas cuando se consume habitualmente en alimentos, dice el NIH, pero sobre los suplementos no se sabe tanto, en especial en relación con su consumo para personas embarazadas o durante la lactancia.

Luego de ingerir mucho ajo, en especial crudo, podrías experimentar:

  • Mal aliento
  • Mal olor corporal
  • Ardor de estómago
  • Malestar estomacal.
  • Reacciones alérgicas.
  • Los suplementos pueden aumentar el riesgo de hemorragias.
  • Puede interferir con medicamentos anticoagulantes.

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