Inmobiliario

Sustentabilidad resiliente soporta inmuebles

La carrera por ser verde aceleró su impacto en el negocio inmobiliario y plantea posibilidades de generar elementos que profundicen el cumplimiento y obligatoriedad como la emisión de reportes corporativos que ya existen en la Unión Europea y otros países.

Este alcance representa ir un paso más allá de lo que la Taxonomía Sustentable de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) incluye, dado que entrarán en vigor en 2025 requerimientos externos para acceder a capital, que se sumarán a la expansión alcanzada a través de las certificaciones LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies), BOMA, Best y WELL que aún son voluntarias.

“La gente sigue pensando que son sólo marketing (certificaciones) y no que aportan valor a los inmuebles y a la creación del futuro para todos”, asegura Andrea Silva, directora y fundadora de Revitaliza Consultores.Otros desafíos, dice, se ubican en las legislaciones y taxonomías de Europa, Japón y nuevas reglas del juego en ESG de Estados Unidos que pone énfasis principal en cómo se manufactura, en especial en el uso de energía limpia de al menos 30%.Pese a ello, México lidera en América Latina por sus certificaciones en rubros como la vivienda, oficinas y parques industriales.En específico la certificación EDGE le ubica en las  primeras posiciones en la región junto con Colombia, en su compromiso con el medio ambiente mismo que abrió alternativas de financiamiento preferente.”Hace 4 a 5 años, sólo 5% de todas las edificaciones tenía alguna marca sostenible y el financiamiento verde era prácticamente inexistente”, dice Joel Sánchez, operation officer en Green Buildings de la International Finance Corporation (IFC).

Con 10 millones de m2 y más de 50 mil viviendas social, media y residencial actuales, México es el tercer país en el mundo con más superficie certificada EDGE.Ante estos resultados sólo en el segmento industrial para proyectos verdes vinculados al nearshoring, la IFC tiene una bolsa de $500 millones de dólares en 2024.Es una evolución donde firmas institucionales de desarrollo e inversión consolidan modelos financieros fundamentados en sus compromisos con la preservación del medio ambiente.

No obstante, para analistas en este camino son relevantes los usuarios finales e inquilinos que demandan los productos inmobiliarios sustentables en vivienda, edificios de oficinas, naves industriales y centros logísticos, centros comerciales e instituciones educativas.Analistas creen que el camino alcanzado en México ha sido posible por el impulso de algunos nichos como el industrial, así como lo alcanzado por la certificación LEED que sumó en 2023 una bolsa de 86 proyectos equivalentes a 1.4 millones de m2 de espacio sostenible.”Al mantenerse consistentemente entre los diez principales países en LEED, México refuerza su reputación como líder en sostenibilidad y abre oportunidades para atraer inversiones verdes internacionales, manteniendo así su compromiso de combatir el cambio climático”, asegura Rebeca Ortíz, líder de desarrollo de negocios del Green Building Certification Inc. (GBCI).

En el ámbito financiero la generación de créditos sindicados y bilaterales corporativos sustentables se ubican en etapa inicial del ciclo financiero, que fundamenta un punto de partida en la generación de créditos con puntos base menores que los que ofrece la banca comercial.

Aún así, hasta hace 2 años, los bonos verdes ocupaban la tercera posición en volumen de emisión con 11 mil millones de dólares, de acuerdo con información de The Climate Bond Initiative.

Organismos privados soportan avances

Desde la escena corporativa, en ambas certificaciones firmas como Vinte, Vesta, Finsa y las Fibras Monterrey, Macquarie, Terrafina, Prologis y Fibra Uno registran avances, e incluso han logrado linkear los bonos verdes con otros KPIs como la responsabilidad social y el gobierno corporativo, 3 aspectos integrados en las políticas ESG por sus siglas en inglés.

Como en Colombia, el soporte que a nivel gremial por organismos como la Asociación Mexicana de Parques Industriales (AMPIP), la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (CANADEVI), la Asociación Mexicana de FIBRAs Inmobiliarias (AMEFIBRA) y la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), es detonador del avance.”Si bien lo perfecto es enemigo de lo bueno, en la ADI hemos buscado contribuir con la responsabilidad ambiental entre nuestros miembros, que desarrollan 8.5 de cada 10 proyectos macro en el país y este año deberán integrar 10% de nuevas políticas en manejo energético, de agua, transporte, estacionamientos y otros”, detalla, Jaime Fasja, actual presidente del organismo.

En este sentido, el uso de materiales de bajo impacto ambiental es determinante en el camino de la sustentabilidad.

Juan Huicochea, CEO de Mic Mac, empresa enfocada en la construcción de madera y derivados, dice que el uso de esta alternativa permite generar ahorros al medio ambiente respecto a otros como el concreto y el acero.

“La madera, que crece 10% anual, se ha visto favorecida por una mayor conciencia en la estética natural y sustentable, así como por sus beneficios con el medio ambiente”, concluye.

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