Empezar a trabajar no es fácil, y menos cuando nos topamos con un ambiente que no conocemos recién salidos de la escuela. Pero tal vez sea esa la mejor escuela: la de las metidas de pata.
De acuerdo con la revista Time, hay una serie de lecciones para la vida laboral (y quizás también en general) que aprendemos en la primera década de nuestra vida profesional, generalmente, gracias a nuestros grandes errores. Aquí te van algunas de ellas:
Tu trabajo ideal es un fiasco
Uno de los problemas más comunes es que llegues al que tú crees es el trabajo de tus sueños, y al final no llene todas tus expectativas y en el día a día te sientas incompleto.
No te desanimes. Este puede ser tu punto de partida para reenfocar tu vida laboral y buscar algo que sí cumpla con lo que tú quieres lograr, así como para establecer expectativas realistas de lo que quieres encontrar.
Esto también te puede ayudar a descubrir que la felicidad no está en una sola cosa, como un trabajo o en tu nuevo celular.
Le dices que sí a todo
Sí, está bien mostrar entusiasmo porque deja una buena impresión en los compañeros de trabajo y los jefes. Pero ¿en realidad puedes con toda esa carga?
Lo más conveniente es aceptar que el éxito a largo plazo depende también de saber fijar las expectativas y pedir detalles precisos, como fechas de entrega, procesos y recursos. Estas experiencias te llevarán sin duda a saber si puedes asumir un proyecto e incluso si necesitas más preparación para desarrollar algunos proyectos.
Te 'brincaron' para un ascenso o hasta te despidieron
Ni es el fin del mundo ni (muchas veces) un asunto personal. Pero pasa, y tienes que saber cómo afrontarlo. Si no te consideraron para un ascenso, es momento de esforzarte más y mostrar que lo mereces. Y si fuiste despedido, piensa en qué salió mal pero recuerda que no todos los factores están bajo tu control.
Tu jefe es una pesadilla...
No trates de 'arreglar' a tu jefe. En lugar de eso, aprende a manejar sus reacciones y enfrenta las condiciones en las que te encuentras. "Siempre usa un tono civil, aun cunado tu jefe no lo haga", recomienda Rosalinda Randall, experta en la etiquete profesional, entrevistada por Time.
... O chocaste con ella o él en público
La sinceridad es importante en la vida profesional; sin embargo, es importante que muestres que formas parte de un equipo y que respetes jerarquías, por lo que dar muestras de diferencias con tu superior en un ámbito público (desde una cumbre hasta tus propias redes sociales) puede tomarse como un acto de insubordinación y hasta de desprecio a tu propio grupo de trabajo. Lo mejor es que mantengas esas ideas en reserva o las comentes de forma que no parezca agresiva.
Tienes un trabajo con un gran salario... pero lo odias
El dinero no siempre es lo más importante. Y sí, puede que sea lindo llegar a tener un gran salario de inicio, pero con el tiempo, eso no es lo más importante en un trabajo, menos si en tu actividad diaria no encuentras algo que te motive.
Escondiste un error en vez de arreglarlo
Sí, todos nos equivocamos. Y hay que tener la humildad y la madurez para reconocerlo. Pero es un error muy común cuando se empieza a trabajar, por lo que lo más recomendable es asumir la responsabilidad del desastre y comprometerte a no repetirlo. Incluso puedes añadir dos preguntas para 'endulzar' la situación: ¿Cómo puedo hacerlo bien? y ¿Cómo puedo reducir el daño?
Estás rodeado de amigos (o enemigos) en la oficina
Cuando trabajas en una oficina, pasas más de un tercio de tus días (laborales) en ella y no está de más hacer buenas migas. Pero tienes que evaluar cuánto tiempo pasas 'en el chisme' y si esa impresión quieres dejar.
Para reducir tus pláticas en el trabajo y evitarte problemas, habla con tus compañeros y trata de dejarles en claro que buscas pasar menos tiempo en algo improductivo, y ahórrate la pena de que te consideren un mal camarada.
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