Jack Dorsey, quien recientemente retomó el trono en Twitter, ha dicho legítimamente que su compañía necesita hacer más que sólo tecnología para atraer a las masas, los medios y las celebridades narcisistas que se asoman por Twitter ahora. Sólo hay un pequeño obstáculo: la mayoría de las personas no imagina en absoluto por qué necesita usar Twitter. Y la compañía está considerando una medida que enturbia aún más el atractivo de la red social más allá de su 1 por ciento.
La compañía podría borrar lo que ha sido el rasgo distintivo de Twitter: un límite de 140 caracteres en las publicaciones, aproximadamente la medida de esta frase. Twitter está pensando en incrementar la capacidad a cientos de caracteres, quizá 10 mil, según mi colega de Bloomberg News Sarah Frier.
Parte de la belleza de Twitter es lo sobrio que es. No presiona, ofrece la posibilidad de publicar rápidamente un comentario ocurrente o una foto mientras esperas en la cola del supermercado. Ahora, en vez de escribir una frase, las personas tendrán un lienzo amplio con el cual trabajar. ¿Sabes cuántos son 10 mil caracteres? Es el largo de las cartas familiares navideñas. Las personas sufren el bloqueo del escritor sólo de pensar en sus cartas de Navidad. La tiranía de la página en blanco nos supera. Para ponerlo en contexto esta columna tiene unos 3 mil 400 caracteres.
Puede que aceptar tuits tan largos como un cuento no perjudique a Twitter, si es una opción que la mayoría de la gente nunca va a usar. Pero tampoco atraerá a más personas como mi madre, que suele preguntarme todo el tiempo de qué le sirve Twitter. Se ha rendido ante tal pregunta y ante Twitter. Lo siento, mamá. Y lo siento, Jack Dorsey, porque mi madre no es la única.
Más de mil 500 millones de personas utilizan Facebook al menos una vez al mes, o cerca de cinco veces el número de usuarios de Twitter. En el último trimestre, Facebook registró un aumento del 14 por ciento interanual de los usuarios mensuales. La tasa de crecimiento de usuarios de Twitter fue un poco más lenta. Las recientes dificultades en el crecimiento de los usuarios han creado pesimismo en los inversores respecto a que Twitter alguna vez pueda ser un atributo permanente de Internet o un negocio sólido.
Es evidente que Twitter no está funcionando en este momento –ni como inversión ni como producto – y Dorsey está en lo correcto al probar la mayor cantidad de formas posibles para sacar a la compañía de su letargo, incluso si eso significa cambiar los elementos fundamentales de su servicio.
Nuevas herramientas como Moments, que ofrece a las personas una cuidadosa selección de tuits centrados en eventos como la nueva campaña política de Donald Trump, abordan con más claridad la pregunta "¿para qué diablos sirve esto?". Moments puede no hacerse popular, pero es más fácil de ver una lógica de mercado masivo detrás de la iniciativa. Twitter no puede desperdiciar dinero y la atención de sus ejecutivos en proyectos que no son fundamentales para su misión de atraer a las masas.
Si la compañía aumenta la cantidad de caracteres, podría ser simplemente para adaptarse a la forma en que sus devotos utilizan el servicio actualmente. Algunos de los más ávidos usuarios de Twitter –como el notable inversor de Silicon Valley Marc Andreessen— evitan el conteo de palabras al crear "tormentas de tuits", o series de tuits que en conjunto forman un todo semicoherente.
Twitter también ha adoptado otras soluciones creadas por sus fanáticos leales, incluyendo la posibilidad de mirar fotos, artículos de prensa y videos sin dejar la pantalla virtual de Twitter.
En este punto, sin embargo, Twitter no necesita adaptarse a Marc Andreessen, pero sí a todos los demás. El problema no puede resolverse con 10 mil caracteres.
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