Los operadores de divisas están ignorando las advertencias de que el peso mexicano está sobrevaluado, lo que deja a la moneda lista para probar si puede establecer un nuevo mínimo este año a medida que la sorprendente resistencia de la economía estadounidense alivia las preocupaciones sobre una recesión.
El peso mexicano llegó a apreciarse hasta 0.8 por ciento, a las 16.70 unidades por dólar, más temprano durante este jueves, liderando inicialmente las ganancias entre las principales divisas después de que el sorprendente dato del PIB de EU se sumó al optimismo generado por las declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Fed, sobre que se prevé que la economía más grande del mundo evitará una recesión.
Al final, de acuerdo con los datos del Banco de México (Banxico), la moneda mexicana registró una depreciación de 0.26 por ciento, o 4.41 centavos, comparado con su último dato registrado. Y el tipo de cambio se ubicó en 16.88 pesos por dólar al cierre de operaciones.
México ya eclipsó a China y se convirtió en el segundo mayor socio comercial de Estados Unidos detrás de Canadá. Una recesión al norte de la frontera ha sido uno de los principales riesgos que los analistas han advertido que podría descarrilar las ganancias de la moneda mexicana, que han sido calificadas de “implacables” y le valieron la apodo del ‘superpeso’.
La Fed puede ayudar al ‘superpeso’
“Una economía estadounidense sólida junto con una Reserva Federal que probablemente haya terminado el ciclo de ajuste puede generar una fortaleza adicional del peso”, consideró Brendan McKenna, economista de mercados emergentes y estratega de divisas de Wells Fargo Securities.
Con todo y caída, el peso mexicano quedó a ‘tiro de piedra’ de establecer un nuevo mínimo en lo que va de 2023, ya que se negoció en torno a sus niveles más fuertes desde finales de 2015. Si la moneda puede superar el nivel técnico de 16.70 pesos por dólar, entonces “un avance hacia los 16.50 pesos por dólar no está descartado”, apuntó McKenna
La moneda azteca se ha apreciado casi 16 por ciento este año, y solo está detrás del peso colombiano en los mercados emergentes. Se ha visto respaldado por las expectativas de que Banxico tardará en bajar las tasas de interés, así como por las fuertes remesas de quienes han emigrado y la llamada tendencia de nearshoring que migrará a más industrias manufactureras a México para estar más cerca de EU.
Ni los especialistas entienden la fortaleza del ‘superpeso’
Los analistas están desconcertados por las ganancias de la moneda mexicana. A principios de 2023, la mediana de analistas encuestados por Bloomberg pronosticaba que el peso cotizaría en las 20.15 unidades por dólar en el tercer trimestre. Justo a principios de esta semana, Capital Economics advirtió que la moneda estaba preparada para una “caída abrupta” en los próximos meses una vez que EU entrara en recesión.
“El aumento implacable del peso mexicano frente al dólar estadounidense y otras monedas importantes está cada vez más en desacuerdo con los fundamentos macroeconómicos”, escribió en una nota el martes Jonathan Petersen, economista senior de mercado de la firma.
Pero los analistas de JPMorgan Chase dijeron en una nota el miércoles 26 de julio que el peso “ha entrado en un nuevo capítulo” de menor volatilidad y que los inversores deben deshacerse de sus expectativas obsoletas de que la moneda siempre será el objetivo favorito de los especuladores cada vez que se agrie el sentimiento de riesgo.
Los analistas dirigidos por Saad Siddiqui señalaron que tres factores sentaron las bases para un cambio estructural en la forma en que cotiza el peso. En los últimos cinco años, las remesas se han duplicado a alrededor de 60 mil millones de dólares al año, lo que cubre con creces el déficit comercial del país.
Mientras tanto, ha habido una disminución en el uso de los pesos como cobertura “de propósito general” contra los riesgos en los mercados emergentes, ya que otras monedas asiáticas se han vuelto más líquidas y ofrecen alternativas a la venta corta del peso, según el informe.
Por último, es probable que los rumores sobre el nearshoring comiencen a aparecer en datos duros durante los próximos dos años, agregando más flujos récord de remesas.
“Si bien el peso mexicano ha sido considerado una moneda de alto riesgo durante gran parte de las últimas dos décadas, creemos que es hora de que los inversores se deshagan de esta percepción obsoleta”, escribieron los analistas de JPMorgan.