Las monedas de los mercados emergentes registraron su mejor semana en lo que va de 2024, recuperándose de la brutal liquidación del lunes 5 de agosto a medida que se aliviaron las preocupaciones sobre un aterrizaje brusco en Estados Unidos.
El índice MSCI de divisas de mercados emergentes subió 0.7 por ciento durante la semana y cerró en el nivel más alto en más de dos años.
El real brasileño se recuperó después de que los datos de inflación por encima de lo previsto alimentaran las expectativas de que su banco central suba la tasa de interés a finales de este año. Las acciones de los países en desarrollo subieron 1.6 por ciento este viernes 9 de agosto para registrar una ganancia semanal de 0.2 por ciento.
En el caso del peso mexicano consiguió sobreponerse a las depreciaciones mientras los operadores asimilaron la sorpresiva decisión del Banco de México (Banxico) de recortar la tasa de interés a pesar del complicado panorama inflacionario.
La apreciación del peso mexicano ante el dólar en la semana fue de 1.74 por ciento, equivalente a 33.35 centavos según datos del Banxico.
Un dólar más débil y un repunte de las acciones globales impulsaron el apetito por el riesgo después de que los mercados se tambalearon esta semana en medio de temores de una recesión en la economía de EU.
Analistas ven cerca un ‘punto de estabilización’ en los mercados
Los estrategas están atentos a las señales de que una masiva liquidación de las apuestas de carry trade financiadas con yenes puede haber seguido su curso, al menos por ahora, ya que el yen detuvo su ascenso desde julio.
“Pronto podríamos estar llegando a un punto de estabilización en el que la reducción del carry de divisas haya seguido su curso”, dijo Paul Mackel, director global de investigación de divisas en HSBC. “Esto podría tentar a los inversores a volver a comprometerse con algunas monedas de mayor rendimiento que han sentido el peso últimamente, incluidas las de América Latina”.
Aunque esta semana se produjo una desintegración global de las operaciones de carry trade, las monedas de los mercados emergentes mostraron resiliencia, ya que un yen japonés más fuerte también significó un dólar más débil, con su potencial para canalizar los flujos hacia activos más riesgosos.
Los datos estadounidenses que se publicarán la semana próxima incluyen la inflación, donde se necesita una mayor flexibilización para probablemente asegurar los recortes de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Los datos de ventas minoristas y producción industrial brindarán más lecturas sobre las perspectivas de crecimiento para la economía más grande del mundo, lo que podría generar más volatilidad.
“Creemos que esta mayor volatilidad puede no normalizarse tan rápido como algunos esperan, lo que sugiere una posible recalibración al alza de la prima de riesgo de los mercados emergentes”, escribió el estratega de Citigroup Luis Costa en un informe. “La probabilidad de ajustes a la baja en el crecimiento estadounidense ha aumentado significativamente”.
El ‘rally’ del real brasileño
La moneda carioca registró su mejor semana desde finales de 2022 con una ganancia de casi 4 por ciento después de que las autoridades señalaran que podrían subir las tasas de interés a finales de este año.
Antes del repunte, el real había sido la moneda de mercado emergente con peor desempeño en lo que va de 2024. El viernes pasado, alcanzó su nivel más bajo del año en medio de preocupaciones sobre los planes de gasto del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el temor de que la autoridad monetaria se vuelva más tolerante con la inflación después de que el mandatario de Brasil nombre a un nuevo gobernador y dos directores este año.
Las actas del banco central de esta semana ayudaron a calmar esos temores. El gobernador del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, dijo este viernes 9 de agosto que las recientes votaciones unánimes mostraban el compromiso de las autoridades de alcanzar su objetivo de inflación.
El banco central de Perú recortó inesperadamente su tasa de interés de referencia el jueves, ignorando la preocupación de que la inflación básica se mantenga obstinadamente alta, luego de la medida de México. El peso colombiano quedó rezagado respecto de la mayoría de sus pares latinoamericanos después de que la inflación en la nación andina se desacelerara más de lo esperado, lo que reforzó las expectativas de recortes de tasas aún más agresivos.