Por primera vez desde 2007, la tasa de los bonos de corto plazo es más alta que la de los bonos a largo plazo, lo que ha generado señales de alarma en los mercados financieros.
Lo anterior se debe a que este fenómeno, conocido como 'curva invertida' de rendimientos, ha sido un buen predictor de recesiones económicas desde 1960.
Al cierre del mercado, la tasa del Bono a 10 años se ubicó en 2.43 por ciento, tres puntos base por debajo de la tasa de la Nota a tres meses, la cual cerró en 2.46 por ciento. Hace un año, en las mismas fechas, el Bono a 10 años se ubicaba en 2.85 por ciento y la Nota de tres meses en 1.79 por ciento, lo que significaba un diferencial positivo de 106 puntos base.
En una dinámica normal en el mercado de deuda, las tasas de interés de los bonos crecen conforme crece su plazo.
Una de las explicaciones para esta 'curva invertida' es que los inversionistas estén esperando una recesión o una fuerte desaceleración de la economía, pues si las expectativas son muy negativas, también se esperará que las tasas de interés a corto plazo sean más bajas en el futuro. Entonces los inversionistas se protegerán ante ese riesgo de caída de las tasas comprando bonos a largo plazo.
De esta manera los inversionistas de mercado venden bonos de corto plazo para comprar deuda a largo plazo, por lo que las tasas de interés de corto plazo subirán y las tasas de interés de largo plazo bajarán, provocando la 'curva invertida'.
De acuerdo con un modelo realizado por Banco Base, la probabilidad de que Estados Unidos entre en recesión dentro de 12 meses se ubica en 33.6 por ciento, por arriba de la estimación previa de enero que arrojaba una probabilidad de 27.3 por ciento.
"Corriendo el modelo utilizando los datos históricos, se encontró que al alcanzar 40 por ciento de probabilidad es cuando se produce una recesión. Los indicadores económicos parecen estarse moviendo rápidamente hacia un escenario en donde es probable que se dé una recesión en la segunda mitad de 2020", indicó Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base.
Andrew Garthwaite, jefe global de estrategia de capital en Credit Suisse, destacó que históricamente las curvas de rendimiento invertidas han sido capaces de predecir con precisión las recesiones económicas.
"Creo que es una clara señal de advertencia. Las últimas tres ocasiones en la curva de rendimiento invertida, en 1989, 2000 y 2006, en cada ocasión la mayoría de las personas con las que he hablado dijeron: 'Sí, esta vez, es diferente'. Y no fue ", indicó.
Garthwaite agregó que la curva de rendimiento invertido ha podido predecir con éxito cada recesión del sector privado en los últimos 52 años, así como seis de las siete recesiones generales.
"Lo que diría antes de que nos sintamos demasiado sombríos es que las acciones generalmente se desempeñan bien en los primeros seis meses después de una curva de rendimiento inversa. Típicamente, el mercado bajista ocurre 12 a 18 meses después de las curvas de rendimiento invertidas", dijo.
CITI DESCARTA RIESGO
En entrevista para Bloomberg Businessweek, el CEO Global de Citigroup, Michael Corbat, aseguró que esta vez los mercados podrían estar equivocados.
"Creo que siempre es difícil decir que los mercados están mal, pero la evidencia empírica que vemos hoy no nos da muchas preocupaciones de una recesión en el corto plazo", dijo.
Destacó que actualmente hay indicadores económicos estables, tales como el consumo, ahorro, los precios de la vivienda, el empleo, entre otros, por lo que por ahí no se ve la preocupación.