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Deuda externa de México alcanza nuevo récord

El saldo del endeudamiento bruto con el exterior alcanzó los 456 mil millones de dólares, tras un aumentó de 9,500 millones durante el primer trimestre de este año.

El endeudamiento externo de México retoma su comportamiento de alza en el arranque del 2019, dentro de un contexto de preocupaciones y dudas por la disponibilidad de recursos para el financiamiento de los programas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, y de sus posibles implicaciones sobre la calificación de la deuda soberana del país, en particular, de la referida a Pemex.

El saldo del endeudamiento externo bruto de México se elevó en 9 mil 519 millones de dólares tan solo en el primer trimestre del 2019, para alcanzar una cifra sin precedente de 456 mil 251 millones, de acuerdo con las últimas cifras publicadas por el Banco de México.

El aumento en endeudamiento externo presenta claroscuros, al mismo tiempo que contribuye a prender algunos focos amarillos.

El principal catalizador del mayor endeudamiento fue la compra de extranjeros de papel de deuda emitido por el gobierno mexicano en el mercado local con un monto de 6 mil 715 millones de dólares, con lo que elevó su saldo a 115 mil 208 millones en el primer trimestre del 2019. El crecimiento de este tipo de recursos fue de 6.19 por ciento con relación a los últimos tres meses del año pasado.

"Alrededor del mundo, tenemos aproximadamente 14 billones de bonos con un rendimiento negativo, mientras que la tasa de interés real de la deuda de México a 10 años (nominal – inflación) ha fluctuado en torno a los 4 por ciento. Aunque el país se enfrenta a numerosos riesgos, su deuda sigue siendo muy atractiva, considerando que los títulos soberanos mantienen un grado de inversión y ofrecen alta rentabilidad en términos relativos" declaró desde Nueva York, en exclusiva para el Financiero, Diego Colman, analista de mercados de DailyFx del grupo financiero IG.

La tenencia de extranjeros, de acuerdo a normas internacionales que sigue el Banco de México, en papeles como los bonos M, Cetes, Udibonos y Bondes D, se debe tomar como deuda externa.

El mayor crecimiento de la deuda externa resultante del apetito de extranjeros por papel de deuda denominado en pesos, es un signo de la confianza en México y resulta más manejable dado que se tienen un mayor control par parte del gobierno mexicano, aunque no deja de preocupar debido a la volatilidad que puede tener este tipo de recursos.

Otro aspecto que también preocupa se refiere al aumento del endeudamiento del Gobierno Federal y de las empresas denominadas paraestatales. Estados dos entidades aumentaron su nivel de deuda en 2 mil 111 y 2 mil 185 millones de dólares en el primer trimestre de este año, lo cuales mostraron una tasa de crecimiento de 2.20 y 2.31 por ciento con respecto al trimestre anterior en cada caso.

Los requerimientos financieros tanto del Gobierno Federal como de Pemex pueden presionan al resultado de las finanzas públicas en lo general, lo cual puede llevar a caer en la tentación de incrementar los recurso vía endeudamiento externo, ante la estrategia de no realizar, por el momento, una reforma fiscal y mantener bajo control a los aumentos de precios en los bienes y servicios públicos.

La política de financiamiento, para ser sustentable, no se debe hacer descansar solamente en el pilar de la austeridad y el combate a la corrupción.

"Lo ideal para todo gobierno es controlar el crecimiento de la deuda y consolidar sus obligaciones. Sin embargo, en un entorno económico menos benigno para México, en el que se han reducido las recaudaciones de Hacienda, la disciplina fiscal se dificulta, en particular si la administración no está dispuesta a reducir sus gastos dramáticamente y/o recortar proyectos que no tienen mucho sentido económico (Dos Bocas, Santa Lucía, etc.), sostiene el especialista Diego Colman.

La perspectiva para las finanzas públicas se nubla por los mayores requerimientos de recursos para financiar los programas de gobierno y sacar a adelante a Pemex, debido al bajo crecimiento económico, lo cual puede contribuir a mantener la presión de baja a los ingresos y conducir a una degradación de la calificación soberana de la deuda externa y de la principal empresa productiva.

La deuda externa bruta de México representó el 36.5 por ciento del total del tamaño de la economía en el primer trimestre del 2019, menor al 37.7 por ciento del cierre del 2018. Sin embargo esto se puede deber, en buena parte, a que el PIB en dólares se vio favorecido por la recuperación del peso, lo que compenso en buena parte la caída de 0.2 por ciento en la actividad productiva en el arranque del año.

Finalmente, habría que destacar que las empresas del sector privado no financiero han mostrado una postura más prudente en materia de endeudamiento externo, al ubicarse este rubro en 119 mil 103 millones de dólares al cierre del primer trimestre del 2019, por debajo de su máximo histórico alcanzado en 125 mil 409 millones en el último trimestre del 2017.

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