El miedo a una desaceleración económica global y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China ha impulsado una fuerte demanda de activos considerados como seguros, tales como los bonos gubernamentales de Japón y países europeos, lo que ha hecho que sus tasas de interés paguen rendimientos negativos.
"Con la creciente preocupación por las perspectivas de crecimiento global, la demanda de los inversionistas por activos seguros ha provocado un impulso del mercado de bonos globales, lo que elevó el valor de mercado de los bonos con rendimiento negativo por encima de 15 billones de dólares", indicó el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés).
"La deuda con tasas negativas ha aumentado de unos 13 billones de dólares en junio, a más de 15 billones de dólares al día de hoy a medida que las tensiones comerciales continúan", agregó.
El IIF señaló que si bien la gran mayoría de esta deuda se encuentra en Europa y Japón, más de 60 mil millones de dólares en bonos corporativos de Estados Unidos ahora cotizan con rendimientos bajo cero.
De acuerdo con el banco suizo UBS, esto no significa que los emisores estén cobrando intereses a los tenedores de bonos, sino que un inversionista que compra el título hoy pagará una prima sobre el valor nominal del bono que es mayor que todos sus pagos de cupones futuros.
Los participantes del mercado que invierten en estos bonos lo hacen porque creen que las tasas aún podrían bajar más y podrían vender dichos instrumentos a un precio mayor en el corto plazo.
Joachim Fels, consejero económico de la firma de inversión Pimco, cree que los bancos centrales no son los 'villanos' sino las 'víctimas' de factores más profundos detrás de las tasas de interés bajas y negativas.
El experto explicó que los dos impulsores seculares de las tasas negativas más importantes son la demografía y la tecnología, pues el aumento de la esperanza de vida aumenta el ahorro deseado, mientras que las nuevas tecnologías ahorran capital y se vuelven más baratas, y por lo tanto reducen la demanda de inversión. Por otra parte, el exceso de ahorro resultante tiende a empujar la tasa de interés "natural" cada vez más abajo.