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La política de Banxico da 'frutos': México resiste presión sobre el peso y logra aumentar reservas

Banxico parece haber resistido la tormenta. Después de perder 25 por ciento de su valor hasta el 23 de marzo, el peso se estabilizó y las reservas alcanzaron 186 mil 100 millones de dólares en mayo, las más alta desde agosto de 2015.

Cuando el peso cayó a mínimos históricos a principios de este año, el Banco de México (Banxico) se mantuvo al margen, ahorrando municiones. Es una política que puede estar comenzando a dar sus frutos.

El banco central se abstuvo de usar sus reservas de divisas incluso cuando el peso lideraba a la baja a las monedas de los mercados emergentes a fines de marzo. Esta acción fue muy contrastante con la de sus pares de países en desarrollo.

Banxico parece haber resistido la tormenta. Después de perder 25 por ciento de su valor hasta el 23 de marzo, el peso se estabilizó, incluso cuando los precios del petróleo cayeron y la pandemia de coronavirus amenazó con recortar hasta un 12 por ciento del PIB.

En comparación, Brasil -que ha gastado 48 mil millones de dólares en intervenciones en el mercado spot- ha observado una depreciación de su moneda del 27 por ciento este año, al tiempo que el presidente del país sudamericano, Jair Bolsonaro, dio inicio a una tormenta política.

"Banxico continúa optando por usar su programa de swaps para la administración de divisas", dijo Ilya Gofshteyn, estratega de Standard Chartered en Nueva York.

La política del Banxico ha dejado a México en una posición casi única entre los mercados emergentes, ya que registra un aumento de sus reservas en moneda extranjera este año. Las reservas alcanzaron 186 mil 100 millones de dólares en mayo, las más alta desde agosto de 2015.

Para proporcionar liquidez al mercado, el banco central de México recurrió a una línea de swap de la Reserva Federal de 60 mil millones de dólares dos veces en abril y vendió un total de 10 mil millones de dólares en el mercado en forma de crédito en dólares. El país también suministra forwards no entregables liquidados en pesos, una medida similar a Brasil y Chile.

El peso "sigue siendo el indicador de mercados emergentes preferido entre los inversionistas y Banxico dudará más en intervenir directamente mediante la venta", indicó Gofshteyn.

México pudo haber tenido pocas opciones. El país tiene la proporción más baja de reservas brutas sobre las importaciones anuales promedio entre los principales pares latinoamericanos. En relación con sus reservas, las posibles necesidades de financiamiento de México en caso de un choque externo importante serán altas, según Marcelo Carvalho y Luiz Peixoto, analistas de mercados emergentes de BNP Paribas con sede en Londres. Sudáfrica, Egipto, Chile, Colombia y Turquía también se encuentran entre las naciones vulnerables.

Después de simular una crisis global en las exportaciones, el turismo, las remesas, la inversión extranjera directa y los flujos de cartera de los mercados emergentes, Carvalho y Peixoto descubrieron que el impacto en la balanza de pagos podría alcanzar un 6.9 por ciento del PIB de México y un 4.7 por ciento del PIB de Brasil. Suponiendo una renovación del 90 por ciento de la deuda externa a corto plazo, las necesidades totales de financiamiento externo alcanzarían alrededor de 5.1 por ciento en Brasil y 7.5 por ciento para México.

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