El desplome de los precios del petróleo ha demostrado ser veneno puro para el peso mexicano y para la Bolsa de Valores, aseveración que no aplica sólo para la plaza mexicana, sino prácticamente para todo el mundo.
En la BMV, prácticamente no hubo distingo entre emisoras favorecidas y no favorecidas, en general los inversionistas prefirieron recortar sus posiciones, en una postura de primero vendo y luego averiguo.
Al término de las operaciones, el índice de precios de la Bolsa mexicana reportó una contracción de 2.28 por ciento a 41 mil 372.66 unidades, su lectura más baja en poco más de 6 meses.
El balance de las emisoras operadas fue negativo: de 106 emisoras que entraron a remate, sólo subieron 15, pero 84 se movieron a la baja. Entre las mayores bajas del día estuvieron ICA, LAB, Alfa y Sanmex, con derrumbes de 5.64, 4.88, 4.60 y 4.54 por ciento en el mismo orden.
La Bolsa de Nueva York esta vez no fue la excepción, según el índice S&P 500 la contracción fue de 1.64 por ciento a 2 mil 026.14 unidades, mientras que de acuerdo con el promedio muy selectivo Dow Jones, la pérdida fue de 1.51 por ciento al concluir en 17 mil 533.15 puntos. La bolsa Nasdaq se fue a la baja de manera más acentuada: 1.73 por ciento al quedar en 4 mil 684.03 enteros.
Esta vez el disparador de la ola vendedora en los mercados fue la publicación de los pronósticos de la OPEP respecto a la demanda de petróleo esperada para el 2015, la cual calcula una contracción de 6 por ciento en los volúmenes de compra para la producción del cártel.
La respuesta del mercado fue una contundente corrida fuera del petróleo, lo que provocó por ejemplo, un derrumbe de 4.51 por ciento en los precios del crudo WTI a 60.94 dólares por barril.
Los pronósticos de la OPEP de una menor demanda de crudo para el próximo año significan que las economías continuarán moviéndose a un ritmo lento, en lugar de recuperarse, o lo harán pero de forma muy gradual.