Elon Musk a menudo usa su cuenta de Twitter como ‘un arma’, ya sea amenazando con retractarse de su trato para comprar la red social o insultando al presidente Joe Biden al decir que es un ‘títere en forma humana’.
Pero recientemente, la persona más rica del mundo se adentró en un territorio geopolítico peligroso al ofrecer propuestas para poner fin a la invasión rusa de Ucrania y resolver dudas sobre la soberanía de Taiwán.
Sus tuits y otros comentarios públicos han enfadado a presidentes y ministros de Relaciones Exteriores de toda Europa y, torpemente, se han ganado los elogios... pero de los rivales de Estados Unidos.
Ahora Musk está, otra vez, pisando ‘terreno peligroso’: este viernes, amenazó con cortar el apoyo financiero para el servicio de Internet satelital Starlink de SpaceX en Ucrania, una medida que negaría al país un medio de comunicación clave en la lucha contra las fuerzas rusas. .
Si bien Musk no es el primer ejecutivo de negocios o celebridad estadounidense que se enreda en la política exterior, su riqueza y afición por las travesuras, sin mencionar sus contratos de defensa multimillonarios, lo hacen más difícil de ignorar.
Musk equivale a problemas
Es un fenómeno que solo se potencializará si Musk cumple su acuerdo y compra Twitter por 44 mil millones de dólares. Tal movimiento le permitiría dar forma al debate de una manera que no ha podido pues controlaría una plataforma por completo.
Cuando se le preguntó en un correo electrónico sobre las críticas a sus comentarios sobre asuntos diplomáticos y geopolíticos, Musk respondió: “¿Cuándo se convirtió Bloomberg News en basura sin valor?”
Los diplomáticos estadounidenses conocen muy bien los controvertidos comentarios de Musk, señaló un funcionario del Departamento de Estado, quien discutió el tema bajo condición de anonimato, quien subrayó que los dichos de Musk son los de un ciudadano privado y no reflejan el pensamiento de la administración de Joe Biden.
“Starlink y Twitter son pequeños en términos globales, pero tienen una gran importancia para los países y distritos electorales clave”, opinó Jon Bateman, miembro principal de tecnología y asuntos internacionales de Carnegie Endowment for International Peace.
“Todo esto significa que los pronunciamientos de Musk sobre asuntos internacionales, que últimamente han sido ingenuos en el mejor de los casos, no pueden simplemente ignorarse”, remarcó.
Musk, el ‘influencer’
No hay duda de que las palabras de Musk tienen peso: con sus conexiones de alto nivel en todo el mundo y su gran influencia económica, ha habido muchas preguntas sobre por qué el hombre más rico del mundo decide involucrarse en algún asunto, particularmente después de que el presidente del Grupo Eurasia, Ian Bremmer, afirmó que el presidente Vladimir Putin y el fundador de SpaceX han estado conversando.
Musk luego tuiteó que esta afirmación era falsa y que no había hablado con Putin en 18 meses, y que incluso entonces sus conversaciones eran sobre el espacio. Pero más tarde, Bremmer reafirmó lo dicho y agregó que fue el mismo millonario quien le dijo que había conversado con el presidente ruso sobre Ucrania.
“También me dijo cuáles eran las líneas rojas del Kremlin”, añadió Bremmer, sugiriendo que los funcionarios rusos, al menos, podrían haberlo visto como una especie de canal secreto.
“Dejaré que el señor Musk hable por sus conversaciones”, respondió el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, cuando se le preguntó sobre una posible llamada entre el multimillonario y Putin. “Obviamente, él no representa al gobierno de los Estados Unidos en esas conversaciones”.
Cuando las celebridades le hacen a la política
En alguna ocasión la ex estrella del baloncesto Dennis Rodman se fue de fiesta en Pyongyang con el líder norcoreano Kim Jong-un
Pero la influencia de Musk va mucho más allá del basquetbol, con un alcance digital en expansión alimentado por su contrariedad y su gran riqueza: una fortuna de alrededor de 209 mil millones de dólares, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg.
Su empresa, SpaceX, ganó contratos del Pentágono para lanzamientos de satélites de seguridad nacional, y su fábrica de vehículos eléctricos Tesla en Shanghái es la más grande de la empresa. También ha propuesto a Starlink como una forma de ayudar a los manifestantes en Irán, una idea que Musk ayudó a promover cuando tuiteó que SpaceX buscaría una exención a las sanciones de EU para desplegarse allí.
Y lo más importante de todo, está buscando comprar Twitter... después de amenazar con cancelar su acuerdo de compra.
“Los multimillonarios a menudo buscan influir en el discurso público sobre asuntos globales”, consideró Bateman de Carnegie Endowment. “Elon Musk puede ser la única persona millonaria, además de Donald Trump, que da forma a las conversaciones de manera tan directa a través de su poder cultural personal”.
Su ‘tropiezo’ más reciente: Ucrania
La semana pasada, Musk tuiteó una propuesta para que Ucrania cediera un territorio que Rusia afirmaba haber anexado para poner fin a la guerra.
El ex primer ministro de Finlandia dijo que la intervención de Musk lo convirtió en el “idiota útil” de Putin, mientras que un diplomático ucraniano, Andrij Melnyk, fue más contundente y tuiteó: “Chin$%&$, es mi respuesta muy diplomática @elonmusk”.
Este viernes, Musk dijo en Twitter que su compañía SpaceX no podía seguir asumiendo el costo de Starlink en Ucrania indefinidamente, y agregó que la operación le había costado a SpaceX cerca de 80 millones de dólares hasta el momento.
Más tarde envió otro tuit diciendo que Rusia está “intentando activamente matar a Starlink” y que ha tenido que desviar “recursos masivos” para defender el servicio.