Blake Resnick tenía 18 años cuando comenzó a atender llamadas con el equipo SWAT de Las Vegas.
Conducía a altas horas de la noche con las fuerzas del orden; desplegaba drones para ver qué funcionaba y qué no, y regresaba a la cocina de su madre para rediseñar cómo sería la próxima misión. El equipo SWAT nunca le dio el chaleco que le prometieron.
Ahora con 23 años, Resnick dirige Brinc Drones, uno de los mayores fabricantes de aeronaves en Estados Unidos. La empresa, que tiene unos 100 empleados, ha recaudado más de 80 millones de dólares de personas como el fundador de OpenAI, Sam Altman; el exsecretario de Defensa interino, Patrick Shanahan, e incluso Sam Bankman-Fried.
Con todo ese respaldo, su startup, fundada en 2019, ahora vale más de 300 millones de dólares, lo que convierte a Resnick, que posee aproximadamente la mitad, en un centimillonario.
Resnick es parte de los becarios Thiel 2020, un programa diseñado por el cofundador de PayPal, Peter Thiel, para ‘revolucionar’ la educación tradicional al alentar a los jóvenes empresarios a dejar la universidad y comenzar empresas con subvenciones de 100 mil dólares.
Armas que reducen la posibilidad de tiroteos
Su empresa se está haciendo un ‘hueco’ en la seguridad pública, donde la tecnología es relativamente incipiente después de años de dominio de la firma DJI del multimillonario chino Frank Wang. Esa empresa ahora enfrenta desafíos regulatorios. Además de las sanciones de EU contra DJI, al menos nueve estados están considerando prohibir los drones fabricados en China para las agencias gubernamentales, siguiendo el ejemplo de Florida.
Para Resnick, eso ha creado una oportunidad para empresas como Brinc, que se centra específicamente en vender a unos 7 mil equipos SWAT en todo el país.
“Simplemente reduce el riesgo de un tiroteo, ese es el objetivo de toda esta tecnología”, dijo Resnick, quien decidió enfocar la compañía en la seguridad pública después del tiroteo masivo de 2017 en Las Vegas, su ciudad natal. “Estás tratando de crear distancia entre alguien que está armado y un equipo SWAT”.
Cuentan con detección y rango de luz lo que les permite navegar en entornos interiores, así como la capacidad de atravesar ventanas de vidrio y comunicarse a través de un altavoz de dos vías.
En una operación SWAT, un sospechoso le pidió al dron un cigarrillo, que se le cayó junto con un encendedor, desactivando el enfrentamiento.
“Toda la industria de la seguridad pública ha estado desatendida masivamente por la tecnología durante décadas”, comentó.
Brinc cerró acuerdos con cientos de agencias de seguridad pública de EU, incluido el Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York. La firma ofrece su nuevo modelo bajo una suscripción de cinco años por alrededor de 90 mil dólares que viene con actualizaciones a los siguientes dos modelos.