Millonarios

Ella es la no-heredera más rica del mundo y así hizo su fortuna

Zhou Qunfei, nacida en un empobrecido pueblo rural de China, hizo una fortuna de más de 7 mil millones de dólares gracias a la industria tecnológica.

Zhou Qunfei es la no-heredera más rica del mundo. La fundadora de Lens Technology es dueña de una propiedad de 27 millones de dólares en Hong Kong. Va en jet a Silicon Valley y a Seúl para acercarse a ejecutivos de Apple y Samsung, sus dos clientes más grandes. Fue la anfitriona del presidente Xi Jinping de China, cuando vistió las oficinas centrales de su compañía.

Sin embargo, parece sentirse más a gusto recorriendo la planta de su fábrica de vanguardia, viendo todo.

Mete las manos en un recipiente de agua para determinar si la temperatura es la correcta. Puede explicar las complejidades de calentar vidrio en un baño de sales de ion potasio. Cuando pasa por una moledora, está capacitada para pedirle al técnico que se haga a un lado para poder tomar su lugar durante algún tiempo.

Zhou conoce el trabajo. Durante años, laboró en una fábrica, el mejor empleo que podía conseguir por haber crecido en un pueblo empobrecido en el centro de China.

"A veces se sienta y trabaja como operadora para ver si no hay algo mal en el proceso", dijo James Zhao, un gerente general en Lens Technology. "Eso me coloca en una posición muy incómoda. Si hay algún problema, dice: '¿Por qué no ves eso?'".

'SELF-MADE'
- Zhou Qunfei es la mujer no-heredera más rica del mundo.

- También es la mujer más rica de China.

- Según Bloomberg Billionaires Rank su fortuna de 7.7 mil dólares la coloca en el lugar 172 de las personas más acaudaladas del planeta. Un lugar abajo de Silvio Berlusconi. *

- Nació en Xiangxiang, en la provincia china de Hunan en 1970.

- En 2003 funda su empresa, Lens Technology, la cual salió a bolsa este 2015.

- Posee el 89 por ciento de las acciones de la firma.

* Datos al 7 de agosto


Zhou ha perfeccionado su conocimiento práctico y lo ha convertido en una operación de clase mundial, de miles de millones de dólares, a la vanguardia del impulso de China hacia las manufacturas de lujo.

Lens Technology es ahora uno de los principales proveedores de las llamadas cubiertas de vidrio que se usan en las computadoras portátiles, las tabletas y los aparatos móviles, incluidos el iPhone de Apple y el Samsung Galaxy. Este año, se espera que sus fábricas produzcan más de mil millones de pantallas de cristal, cada una refinada a una fracción de milímetro.

"Esta es una industria que requiere tecnología altamente sofisticada", dice Stone Wu, un analista en IHS Technology, el despacho de investigación. "Si tienes una regla, checa cuán delgados son 0.5 milímetros, y entenderás cuán difícil es fabricar algo tan delgado".

MADE IN CHINA

Al crear a un proveedor mundial, Zhou, de 44 años, ha llegado a definir una nueva clase de emprendedoras en China que han acumulado su riqueza a partir de cero; algo raro en el mundo de los negocios. En Japón, por ejemplo, no hay una sola multimillonaria que no haya heredado su fortuna, según Forbes. En Estados Unidos y Europa, la mayoría de las mujeres multimillonarias aseguraron su riqueza mediante herencias.

Ningún país tiene más multimillonarias que hayan forjado su propia fortuna que China. El Partido Comunista de Mao Tsetung promovió la igualdad de género, lo que permitió que las mujeres prosperaran cuando el capitalismo empezó a enraizarse, según Huang Yasheng, un experto en la clase emprendedora de China en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés). Y, en un país con pocos jugadores establecidos, los emprendedores como Zhou pudieron dejar su marca con rapidez cuando entraron en el negocio en los 1990, mientras el motor económico estaba revolucionando a China.

Zhou no es una celebridad caciquil, como Jack Ma, el multimillonario fundador de Alibaba, el gigante del comercio electrónico. Pocos en China habían oído su nombre antes de la oferta pública que hizo su compañía este año. Es raro que conceda entrevistas o se presente en actividades públicas.

"¡SIÉNTESE DERECHO!"

Una mujer elegante, con cara angelical, anteojos redondos y preferencia por los trajes Christian Dior, Zhou es quisquillosa y exigente. "¡siéntese derecho!", ordena a una gerente general durante una reunión. No obstante, exuda encanto y humildad, un reconocimiento discreto de que, fácilmente, las cosas podrían haber resultado diferentes.

"En el pueblo donde crecí, muchas muchachas no podían decidir si iban o no a la secundaria. Se comprometían o se casaban y pasaban toda su vida en ese pueblo", dijo en una entrevista en su oficina. "Yo elegí estar en los negocios, y no lo lamento".

La menor de tres hijos, nació en una comunidad agrícola, un pueblito en la provincia de Hunan, en el centro de China, que está a cerca de dos horas al sur de Changsha, la capital provincial. Su madre murió cuando ella tenía cinco años. Su padre, un artesano especializado, perdió un dedo después y la mayor parte de su visión en un accidente industrial.

En la casa, ella ayudaba a la familia a criar cerdos y patos para alimentación a fin de tener dinero extra. Destacaba en la escuela.

"Era una estudiante talentosa que trabajaba mucho", cuenta Zhong Xiaobai, quien fuera su maestro de secundaria. "En una ocasión, en clase, leí su composición, 'Mi madre', en voz alta. Era tan conmovedora que hizo que todos se soltaran a llorar".

A pesar de su concentración académica, desertó de la escuela a los 16 años y viajó al sur, a la provincia de Cantón, para vivir con la familia de su tío y buscar un mejor empleo. Mientras soñaba con ser diseñadora de modas, por fin consiguió un empleo en la planta de producción de una fábrica, en la ciudad de Shenzhen, haciendo vidrios para reloj por cerca de un dólar diario.

Las condiciones, contó, eran duras. "Trabajaba de las 8 de la mañana a la medianoche y, a veces, hasta las 2 de la madrugada", recordó Zhou. "No había turnos, apenas unas cuantas docenas de personas, y todas pulíamos el vidrio. No lo disfrutaba".

A los tres meses decidió renunciar y le escribió una carta al jefe. En ella, se quejaba del horario y el aburrimiento. Con todo, expresó su gratitud por el empleo, diciendo que quería aprender más. La carta impresionó al jefe de la planta, quien le dijo que la fábrica estaba a punto de adoptar procesos nuevos. Le pidió que se quedara y le ofreció una promoción. Fue la primera de varias en los siguientes tres años.

EL 'SÍ' QUE LA CATAPULTÓ

En 1993, Zhou, a la sazón con 22 años, decidió emprender su propio camino. Con tres mil dólares en ahorros, varios familiares y ella empezaron su propio taller junto a la fábrica. Atrajeron clientes con la promesa de vidrios para reloj de mucha mejor calidad.

En la empresa nueva, Zhou hacía todo. Reparaba y diseñaba la maquinaria de la fábrica. Aprendió sola los complejos procesos de imprimir en pantallas y las difíciles técnicas que le permitieron mejorar las impresiones en los vidrios curvos. Se trataba del teléfono móvil que hizo multimillonaria a Zhou.

En el 2003, seguía haciendo vidrios para relojes cuando recibió una llamada telefónica inesperada de ejecutivos de Motorola. Le preguntaron que si estaría dispuesta a ayudarlos a desarrollar una pantalla de vidrio para su nuevo aparato, el Razr V3

En ese entonces, las pantallas de la mayoría de los teléfonos móviles se hacían de plástico. Motorola quería una de vidrio que pudiera ser más resistente a rayones y brindar imágenes más precisas en los mensajes de texto, las fotografías y los multimedia. "Recibí esta llamada y me dijeron: 'Solo responda sí o no, y si la respuesta es sí, la ayudaremos a establecer el proceso'", recordó Zhou. "Dije que sí".

Poco después, empezaron a llegar los pedidos de otros fabricantes de teléfonos móviles, como HTC, Nokia y Samsun. Después, en 2007, Apple entró en el mercado con el iPhone, que tenía una pantalla táctil de vidrio con teclado habilitado, que replanteó las reglas del juego de los aparatos móviles. Apple escogió a Lens como su proveedor, impulsando a la compañía de Zhou a una posición dominante en China.

Lens opera las 24 horas del día, con 75 mil obreros dispersos en tres principales plantas manufactureras que ocupan 324 hectáreas en la región de Changsha. Cada día, la compañía recibe embarques de vidrio a granel de fabricantes de todo el mundo, como Croning en Estados Unidos y Asahi Glass en Japón.

Se corta el vidrio, se reduce a tamaño, se le hace agujeros y se pule para darle a cada lámina un acabado transparente. Luego, se las fortalece en un baño de iones de potasio, se pintan y se curan. Finalmente, se limpian y se las cubre con películas para evitar las manchas y que sean antirreflejantes.

Zhou diseña y organiza casi todos los pasos del proceso, un enfoque orientado a los detalles que ella ubica en su infancia. "Mi padre había perdido la vista, así es que colocábamos algo en alguna parte, tenía que ser en el sitio correcto, exactamente, o algo podía salir mal", comentó. "Esa es la atención al detalle que exijo en el centro de trabajo".

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