La información disponible hasta el momento en materia de la inversión en México muestra señales encontradas. Por un lado, los indicadores cualitativos, como el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) que elabora el INEGI y la encuesta que levanta el Banco de México entre analistas del sector privado muestran la percepción de que el momento actual es adecuado para invertir en México, sin embargo, los datos duros dicen lo contrario.
Empezando con los indicadores de confianza empresarial. En los tres sectores en los que los calcula el INEGI (industria manufacturera, comercio y construcción) mostraron signos positivos en abril.
El subíndice que registró un mayor crecimiento en este mes fue la percepción de los empresarios sobre si el momento actual es adecuado para invertir en México. Este indicador creció 13.7 entre los empresarios manufactureros, así como 14.9 y 17,2 entre los empresarios del sector comercial y los de la industria de la construcción, respectivamente.
Por otro lado, en la última encuesta que levanta en Banco de México entre analistas del sector privado, el 11 por ciento de ellos considera que el actual es un buen momento para invertir en nuestro país, aunque el 58 por ciento cree que es un mal momento para tomar esa decisión.
Pasando a las cifras reales. la formación bruta de capital, es decir, la inversión disminuyó 3.5 por ciento en febrero de 2021, destacando la caída en equipo de transporte importado, que registró una tasa negativa de 24.4 puntos porcentuales en el mes en cuestión.
La caída en la inversión empezó a presentarse desde agosto de 2018, el mes siguiente a las elecciones que dieron la presidencia a Andrés Manuel López Obrador. A partir de ahí mostro un comportamiento titubeante, y desde febrero de 2019, el tercer mes de la toma de posesión del nuevo presidente, ha mostrado una tendencia continua hacia la reducción.
De acuerdo con los analistas, este comportamiento está ligado a una serie de procedimientos y decisiones desacertadas, que influyeron negativamente en la percepción y la confianza de los inversionistas y en general de los agentes económicos.
Entre estos se encuentran la “consulta” y posterior cancelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, que ha significado una fuerte erogación en pagos de indemnizaciones a las empresas afectadas, así como la cancelación de la empresa cervecera de Mexicali y, desafortunadamente, muchos casos más.
La inversión es considerada por los especialistas como el “motor” del crecimiento y desarrollo económico, por lo que la caída experimentada en los últimos años seguramente está repercutiendo y seguirá haciéndolo en el crecimiento del país, la generación de empleos, la derrama salarial y finalmente en los niveles de bienestar de la población.
Inicia mal el año construcción en N.L.
La actividad en la industria de la construcción en Nuevo León registró una caída de 11.8 por ciento en enero de 2021, de acuerdo con información proporcionada por el INEGI.
Con esto, se acumulan 18 meses consecutivos mostrando tasas negativas en esta actividad. La última vez que la industria de la construcción registró una tasa de crecimiento positiva fue en febrero de 2019, en los meses iniciales de la presente administración.
A partir de ahí, la construcción en Nuevo León se ha “derrumbado”, sin mostrar hasta la fecha señales de recuperación.
Las otras dos actividades del sector secundario en nuestra entidad mostraron señales positivas en enero. La minería mostró un crecimiento de 12.0 por ciento en el mes en cuestión, mientras que la industria manufacturera mostró un crecimiento marginal de 0.6 puntos porcentuales.
De acuerdo con las proyecciones existentes, este año se espera un repunte de la actividad económica, que deberá alcanzar al sector industrial y a la construcción, por lo que podemos esperar una reanimación de esta actividad en el corto plazo.
El autor es economista de la UANL, con Doctorado en la Escuela de Graduados de Administración y Dirección de Empresas (EGADE) del ITESM. Es profesor de la Facultad de Economía de la UANL y miembro del SNI-Conacyt.