Monterrey

María Concepción del Alto: La evolución de las inversiones con el modelo ESG

En mis pasadas contribuciones en este espacio, me he enfocado en temas que caen dentro de los estándares del modelo ESG (Evironmental, Social and Governance), por la importancia que está tomando en los últimos años en los mercados financieros, el impacto para los negocios y el beneficio esperando en el desarrollo social.

Mejores condiciones ambientales, una visión más humanista sobre la desigualdad en la sociedad, así como un entorno laboral más saludable, son temas que definitivamente deben ser respaldados por la asignación de recursos financieros para que sean viables.

La buena noticia es que se está observando un importante dinamismo de las inversiones con este enfoque. El reporte de US Sustainable and Impact Investing Trends 2020, refleja que las inversiones sustentables en este país crecieron un 42%, pasando de $12 trillones de dólares en el 2018 a $17.1 trillones en el 2020.

Las cifras indican que estas inversiones ya representan un 33% del total de activos administrados en forma profesional en ese país. Desde 1995 cuando la US SIF Foundation inició la medición de estos activos, estima que han crecido en forma anual compuesta a una tasa del 14%, pronunciándose más su crecimiento a partir del año 2012.

La categoría ambiental es la que más ha crecido en los últimos dos años en un 57%, seguida de la categoría social que aumento en este periodo un 49% y un incremento del 48% en la categoría de gobierno corporativo.

En esta línea, recientemente The Wall Street Journal publicó en un artículo que los activos en fondos de inversión con un enfoque ambiental alcanzaron $2 trillones de dólares a nivel global, más del triple en tres años. Se menciona que se están asignando cada día más de $5 billones de dólares para emisiones de bonos y créditos con iniciativas verdes. De igual forma los dos bancos más grandes en Estados Unidos se han comprometido a colocar para la siguiente década $4 trillones de dólares en iniciativas orientadas a tema climático.

Los cambios generacionales están jugando un papel muy importante en el dinamismo del mercado de estos vehículos. De acuerdo con lo que revela el estudio U.S. Trust Insights on Wealth and Worth (2017), los Millennials, seguidos de la Generación X, están más interesados en seleccionar instrumentos financieros referidos a inversiones de impacto, que reflejen sus valores de combatir la desigualdad, inclusión, cuidado del medio ambiente y mejores estándares de gobernanza.

Este aspecto es fundamental para los inversionistas institucionales como los fondos de pensiones, que basados en los Principios de Inversión Responsable (PRI, por sus siglas en inglés) están participando activamente en la incorporación del modelo ESG en el diseño de sus estrategias de inversión, buscando reducir riesgos y cumplir las expectativas de sus clientes.

Aunque en México estamos más rezagados con respecto a otros países, a la fecha se han ido formando organismos e instituciones que buscan generar impactos ambientales positivos y así desarrollar un mercado financiero sustentable en nuestro país. Por ejemplo, en el año 2016 se ha integrado un Consejo Consultivo de Finanzas Verdes (CCFV) y el Consejo Consultivo de Finanzas Climáticas (CCFC).

De acuerdo con reportes del CCFV, a pesar de los retos del 2020, en nuestro país se colocaron 11 emisiones de bonos verdes, social o sustentables en el mercado bursátil, cifra que representó más del doble de lo que hubo en el año previo. De esas emisiones, cinco fueron verdes, cinco sustentables y una social de género. Destaca esta última, ya que marca un precedente de ser la primera que busca impulsar la autonomía económica de las mujeres del sector agrícola, brindándoles créditos productivos para capital de trabajo.

En lo que va del 2021, Fibra Storage se sumó a Prologis para lanzar una oferta pública de bonos verdes por $1,500 mdp, siendo la segunda Fibra en colocar deuda verde. De igual forma, en abril Scotiabank emitió una nota estructurada con factores ESG; OMA se convirtió en el primer operador de aeropuertos en emitir bonos verdes; CADU también realizó una emisión basada en edificación de vivienda sustentable y Valmex lanzó un nuevo fondo con enfoque sustentable.

Sin embargo, no podemos dejar de lado que tenemos retos importantes en el tema ESG y que debemos considerar. Primeramente, aún no existe obligatoriedad de reportar información de las acciones que llevan a cabo los emisores para cumplir con estos estándares. El segundo reto es el costo que representa toda la implementación y revelación, y el tercero es que es muy importante auditar estas iniciativas para validar si en realidad existe un cambio en los procesos de las organizaciones que brinden un beneficio real en el mundo, en las dimensiones del modelo.

La autora es Directora de la Maestría en Finanzas EGADE Business School, Sede Monterrey.

Opine usted: mdelalto@tec.mx

COLUMNAS ANTERIORES

Opera Doorvel el 35 por ciento del mercado inmobiliario del país
Ana Villarreal: El poder del Sentido Humano en las organizaciones

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.