Hace exactamente una semana que Banco de México (Banxico) emitió su comunicado de prensa sobre política monetaria. Con la reciente alza en la tasa de interés de referencia, no se descarta por lo menos otro incremento durante el presente año. Lo anterior si la espiral inflacionaria continúa por encima del objetivo del banco central de 3% con su respectiva banda de tolerancia de +/- 1 por ciento.
Bajo un enfoque poco ortodoxo, me tomé la libertad de analizar el documento referido mediante el uso de una nube de palabras (word cloud, por su nombre en inglés). Esta herramienta que incluso se puede encontrar de forma gratuita en internet, proporciona información visual rápida sobre palabras de un texto según su frecuencia y relevancia.
De la ilustración resultante del análisis, destacaron las palabras presiones, riesgos, inflación general y subyacente.
Para contextualizar, la inflación subyacente examina el dinamismo de los precios de bienes y servicios menos volátiles, ya que no son repercutidos por condiciones externas como el clima o por decisiones gubernamentales. En este sentido, su empleo resulta muy eficaz para el análisis y estimación de la tendencia de los precios.
Es importante señalar que, durante mayo de 2021, especialistas en economía del sector privado consultados por Banxico a través de una encuesta consideraron que la Inflación subyacente se ubicaría en el intervalo entre 2.0% y 4.0% para el cierre del presente año con una probabilidad del 63%.
Esta última cifra es la más baja desde 2017, justo cuando se registró una inflación anual de 6.77%. No obstante, la misma encuesta refleja una probabilidad del 82% para que la inflación se ubique en el rango referido al término de 2022. Habrá que estar atentos sobre la evolución de este pronóstico una vez que se lleve a cabo el relevo anunciado del Gobernador de Banxico.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que, en la primera quincena de junio de 2021, la inflación general anual se ubicó en 6.02%, contrastando muy desfavorablemente con el 3.17% del mismo período del año previo. En tanto, la inflación subyacente alcanzó 4.58% anual.
Quizá todas las cifras anteriores parezcan no llamarle la atención, pero qué pensaría si le comento que la variación porcentual de la inflación durante la primera quincena de junio de 2021 resultó ser la más elevada desde 2002.
De hecho, de aquí se desprenda el debate sobre si la actual inflación es transitoria o permanente, tema del cual ya había escrito anteriormente (véase https://bit.ly/3w0WTe5). Al respecto me pregunto cuál fue la principal discrepancia entre el análisis de Banxico y la expectativa de los analistas financieros.
Al respecto, cómo interpretar algo que no estaba pronosticado. Seguramente podamos tener respuesta a esta interrogante una vez que se publique la minuta correspondiente de Banxico. En lo personal, no descarto que en parte esta decisión haya estado en línea con la de otros países que han realizado incrementos en sus tasas de interés recientemente. ¡Ya veremos!
El autor es economista por el Tecnológico de Monterrey (Campus Monterrey) con máster en finanzas y administración, ambos grados por EGADE. Actualmente es Director de Estudios Económicos y Relación con Inversionistas de Grupo Unicco, aunque las opiniones aquí plasmadas no necesariamente coinciden con la entidad en la que labora
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.