Altas expectativas y una sociedad esperanzada fue lo que dejó la campaña de Movimiento Ciudadano en Nuevo León durante el pasado proceso electoral. Remontando de un cuarto lugar en el caso de Samuel García y manteniendo siempre una amplia ventaja en el caso de Luis Donaldo Colosio, la dupla emecista logró conseguir la gubernatura del estado y la alcaldía de Monterrey, respectivamente, en un escenario intenso y en ocasiones adverso.
No obstante, la victoria electoral, aunque merecida, es apenas el principio de un largo proceso que le espera al movimiento naranja en su camino a convertirse en la principal fuerza política del estado y en una de las más fuertes a nivel nacional.
A continuación, les comparto los que mi opinión son los cinco retos fundamentales que ahora tienen que enfrentar los perfiles electos de MC en su faceta de gobernantes.
El primero tiene que ver con romper el paradigma de la juventud, que desde siempre ha estado ligado a la inexperiencia y a la debilidad. Ellos mismos lo tienen claro, puesto que han comentado que no tienen margen de error, saben que a la primera equivocación las críticas no se harán esperar. Ocuparán los dos puestos ejecutivos más importantes del estado, un par de jóvenes que han demostrado tener potencial, pero que nunca han enfrentado un reto similar.
Realizar un trabajo que quede lejano o ligeramente debajo de las expectativas generadas, implicaría un duro golpe para el partido, para las carreras políticas de ambos y para la generación de jóvenes políticos que ve en ellos un ejemplo y un respaldo.
En segundo lugar, su capacidad para comunicar los logros que vayan generando sus gobiernos y su bancada. Para poder mantenerse presentes en la mente de los ciudadanos y evitar que se les considere un gobierno igual a los anteriores, tanto los de cargo ejecutivo, como los legislativos deberán iniciar sus periodos dando golpes comunicacionales visibles en los que quede claro que las cosas ya cambiaron.
Tercero, los gabinetes. Los emecistas no son los primeros gobernantes que ceden ante la tentación de privilegiar perfiles técnicos sobre perfiles meramente políticos para ocupar puestos claves en los gabinetes, después de todo, se necesitan personas muy bien preparadas para sacar adelante una tarea tan delicada y compleja como lo es gobernar.
Tal fue el caso del expresidente Vicente Fox o del mismo Bronco en Nuevo León, quienes iniciaron sus administraciones con gabinetes conformados por perfiles de larga trayectoria en la iniciativa privada, pero con un capital político nulo o desgastado. Y no me malinterpreten, yo soy fiel creyente de que hacen falta más tecnócratas en la administración pública, pero la inevitable realidad nos demuestra que para avanzar en la política se necesita mano izquierda.
En cuarto lugar, tenemos las odiosas pero inevitables comparaciones. Generalmente la sociedad suele ser menos paciente con aquellos candidatos que llegan al poder bajo la insignia de que son completamente distintos a quienes los precedieron. En el caso de Samuel, deberá dejar en claro desde el día uno que tiene la capacidad de hacer acuerdos y que no administrará un gobierno estático incapaz de echar andar la maquinaria legislativa a su favor.
Por otro lado, Colosio tendrá como espejo a un alcalde que hasta la época electoral fue discreto, entregó resultados puntuales y mantuvo funcional todo el aparato gubernamental. Cualquier resultado por debajo de esos estándares le representaría un rápido desgaste de su capital político. Asimismo, un resultado notoriamente mejor, seguiría saciando la alta expectativa que se tiene de él.
Finalmente, el último y quizás el más complejo de los retos, es el posicionamiento de Movimiento Ciudadano como un partido de peso estatal, dependiente de la militancia y no de liderazgos personales.
Encontramos un ejemplo exitoso en Jalisco, en donde el partido repitió en estas elecciones la ola de victorias del 2018, manteniendo el control de la Zona Metropolitana de Guadalajara, así como el del Congreso del Estado, siendo el partido que más municipios ganó y con un gobernador cuya aprobación se mantiene arriba de los 50 puntos según publicó El Financiero el pasado mes de junio.
¿Podrá el Movimiento Ciudadano de Nuevo León repetir lo sucedido en Jalisco?
Esperemos que realicen un trabajo sobresaliente. Porque si les va bien a los gobiernos, entonces le va bien a Nuevo León.