Se dice que era la mujer más importante del mundo actual. Merkel ha sido un modelo a seguir con su estilo de liderazgo, en especial ha sido una inspiración para muchas mujeres. Merkel ha sido una líder incorruptible, no la pudieron corromper, y mucho menos con dinero. Ni siquiera se permitió que la sobornen particularmente con elogios.
Además, a lo largo de su carrera política se abstuvo de humillar deliberadamente a otros, y la venganza le es en gran parte ajena; incluso años después, cuando hubo desacuerdos, a menudo se esfuerza por reconciliarse. Su legado es haber representado lo “humano, integrador y orientado a la solución”, en un mundo que ha adoptado un enfoque irracional, narcisista y populista.
Como primera mujer Merkel lideró el Gobierno Federal de Alemania con éxito y el resumen de su mandato es igual de pragmático y típico: “Sólo quería ser útil.” Una mujer confiable que dio estabilidad y representó al pueblo alemán con sus principios cristianos y su enfoque hacia el centro. Hija de un pastor protestante, científica y doctora en sus 16 años a cargo como Canciller mostró un liderazgo social, económico y político inigualable.
Angela Merkel siempre tuvo claro la importancia de la industria y el empresariado, por lo que siempre impulsó la Investigación y Desarrollo. A nivel geopolítico destacó su influencia y sus buenas relaciones con Macron, Bush, Obama y Biden, manteniendo siempre relaciones y discusiones abiertas con Putin y Xi Jinping también.Ahora después de 16 años en el poder es tiempo de agradecerle y ver hacia el futuro porque el domingo pasado Alemania eligió un nuevo parlamento que a su vez decide sobre el nuevo canciller.
La SPD (Partido Socialdemócrata) con su candidato Olaf Scholz se convirtió en la fuerza más poderosa del nuevo parlamento, el Bundestag, con 26 por ciento. El partido “Unión” de Angela Merkel con su candidato Armin Laschet, por otro lado, cayó a un mínimo histórico de 24 por ciento.
Esa derrota tan fuerte tuvo que ver con errores en la campaña del candidato Laschet y la pelea de poder dentro del partido de la Unión entre la CDU (Unión Demócrata Cristiana) y la CSU (Unión Social Cristiana de Baviera) antes de las elecciones. Aún así Alemania votó por un cambio desde el centro porque los partidos de la ultraderecha y ultraizquierda perdieron muchos votos.
El partido verde y el partido liberal la FDP ganaron muchos votos, en especial de los jóvenes para poder enfrentar los retos en temas de sustentabilidad, digitalización y competitividad.Una pregunta clave es quién será el nuevo canciller de Alemania y hay dos opciones dependiendo todo de las negociaciones de coalición post-elección que se están cerrando entre hoy o más tardar en unos días.
Lo más lógico es que será Olaf Scholz, el vicecanciller de Merkel durante los últimos tres años, quien ha sido evaluado como mejor sucesor de parte de la mayoría de los alemanes porque Scholz como Merkel tiene un estilo pragmático y raramente pierde la calma. Está casado desde hace más de 20 años con la política Britta Ernst y enfatiza sobre su matrimonio: “Esa es mi prioridad todos los días.” Scholz tiene una vasta experiencia y ha ascendido la escalera política como secretario general del Partido Socialdemócrata, ministro de Finanzas y vicecanciller. Como ministro de Finanzas desembolsó millones de euros del fondo de emergencia, para ayudar a las empresas y a los ciudadanos a enfrentar la pandemia.
Lo interesante es que el partido de Merkel, el cual perdió casi 9 por ciento, tiene aún la oportunidad a la cancillería con Armin Laschet si los verdes y los liberales prefieren irse en coalición con él. El cambio de canciller entre la CDU/CSU y la SPD de Scholz tendría una historia constante en Alemania. Willy Brandt, Helmut Schmidt y Gerhard Schröder fueron los antecesores de Scholz durante 19 años, mientras Helmut Kohl, Kurt Kiesinger, Ludwig Erhard y Konrad Adenauer eran los cancilleres de la CDU en un total de 52 años agregando los años de Merkel. Dos partidos del centro con enfoques distintos que lograron desarrollar una economía muy sólida, la “economía social de mercado”.
Ese sistema alemán superó los sucesos petroleros de los 70, el golpe de la reunificación en los 90, la recesión mundial de 2008 y la actual crisis del Covid-19. Alemania se encuentra entre los tres primeros exportadores del mundo, tiene ingresos per cápita sólidos y un desempleo moderado comparado con otros países de la eurozona. Históricamente el llamado “Mittelstand” (pequeñas y medianas empresas exportadoras) con 1,400 empresas líderes globales en sus industrias son el motor de la economía.
A diferencia del modelo anglosajón y americano centrado en la maximización de la rentabilidad y el valor de la empresa a corto plazo para los accionistas, el “Mittelstand” son empresas familiares con planes a largo plazo, fuerte inversión en la capacitación del personal, alto sentido de la responsabilidad social, enfoque en tecnología y fuerte regionalismo.
El mundo de la política alemana se trata de compromiso, consenso y continuidad. Todo parece seguir en esa constancia también con Scholz o Laschet. En mi opinión los candidatos y líderes políticos aprendieron una sola cosa de esta elección: “No se trata de ustedes, se trata del nuevo proyecto ‘Alemania’.” Europa necesita una Alemania estable en un mundo cada vez más turbulento y cambiante. El nuevo Gobierno en coalición necesita analizar y navegar el país ante los enormes retos en temas demográficos, digitales, ambientales, económicos y de migración. Pero el actual Presidente de Alemania Frank-Walter Steinmeier enfatizó la semana pasada en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas: “El mundo puede confiar en Alemania, pase lo que pase, incluso después de estas elecciones. La responsabilidad de las grandes potencias pesa aún más cuando pensamos en los desafíos globales, en las grandes cuestiones a las que se enfrenta la humanidad.
Es importante para mí transmitir el siguiente mensaje a la comunidad internacional: nuestros socios pueden confiar en nosotros, y nuestros competidores deben seguir contando con nosotros.”Alemania seguirá siendo un país que conoce y acepta sus responsabilidades nacionales e internacionales: desarrollar su economía con una colaboración internacional, servir a la paz del mundo y enfrentar el reto climático de forma conjunta.
A nivel empresarial y en políticas económicas el país seguirá apostando e innovando con la más alta calidad en sectores estratégicos desde sus importantes centros económicos de Múnich (alta tecnología), Stuttgart (automotriz), Rin-Neckar (química, TI), Fráncfort del Meno (finanzas), Hamburgo (puerto, construcción de aviones, medios de comunicación), Hanóver (centro ferial) y Berlín/Brandeburgo (la más fuerte región de startups).
Asimismo, los temas medioambientales formaron parte clave de los programas de los partidos fuertes (SPD, CDU/CSU, Partido Verde, Los Liberales), apuntando a accionar más y mejor sobre la necesidad de mitigar el cambio climático.
También el rol de Alemania en la “NATO” (Organización del Tratado del Atlántico) y su responsabilidad de una legítima defensa o un involucramiento internacional sigue formando parte del entendimiento político de los partidos principales. Con Merkel o sin Merkel, Alemania tiene la obligación y la meta de jugar un rol estabilizador y confiable en el entorno global. Una coalición entre tres partidos funciona ya en muchos Gobiernos Estatales en Alemania.
En eso el partido verde ayudará a fomentar los temas de sustentabilidad y los liberales en fomentar la economía y las nuevas tecnologías para modernizar el país. El gran aprendizaje hoy en día es que hacer equipo y tener unidad en las metas de un país es crucial para el futuro éxito.
Las democracias modernas y funcionales ocupan un enfoque más holístico e incluyente, escuchando a la siguiente generación y entendiendo que una economía circular y la tecnológica van a generar el futuro bienestar y también nuevos empleos. Estoy seguro de que Alemania enfrentará con bastante éxito sus futuros retos porque aprenderá de estas elecciones históricas. En conclusión, los y las líderes que logran escuchar mejor, dejando a lado intereses propios (o partidistas) pueden resolver, avanzar y desarrollar sus países y el mundo. Así que ocuparemos el estilo Merkel también en el futuro.