Monterrey

Miguel Moreno: El Ticker

El 25 de noviembre fue el aniversario del primer Ticker.

De acuerdo con el artículo First stock ticker debuts (Debuta el primer ticker accionario) de los Editores de HISTORY, el 25 de noviembre fue el aniversario del primer Ticker, que debutó en 1867. Antes de su aparición, y dado que la bolsa de valores del New York Stock Exchange ya funcionaba desde 1792, la información se enviaba por mensajero o correo. Nuestro país tenía 57 años de haberse independizado cuando apareció esta herramienta en los mercados americanos. Del NYSE ni hablar, tiene más años que México de independiente, contando desde su fundación por medio del Acuerdo de Buttonwood.

El Ticker es el aparato que se ve en las películas ambientadas antiguamente, como la “impresora” cubierta en un capelo de la que sale una tira de papel angosto y casi interminable (la cinta del Ticker), que es en donde aparece la clave de cotización de la acción, el numero de acciones operadas y el precio de cierre de estas.

El mismo artículo, nos indica que fue una idea de Edward Calahan y se llamó así por el clásico sonido que emitía al imprimir la información. Además, nos dice que el ultimo Ticker mecánico apareció en 1960 hasta que fue reemplazado por medios electrónicos.

Se le sigue llamando Ticker a la clave de cotización que, hasta antes de los medios electrónicos, en el piso de remates estaba una persona escribiendo con gis en pizarrones enormes, eso sí, de traje y con unos “modernos” audífonos para escuchar la información que tenía que anotar, por lo que se le conocía como también como clave de pizarra.

En Estados Unidos, el Ticker solo lleva la clave de cotización, que puede llegar a ser hasta una sola letra: C, que es Citibank o una combinación que sea fácilmente asociada al nombre comercial (no necesariamente legal) de la compañía en cuestión.

En México, si bien el Ticker está compuesto por las letras asociadas a la empresa, también se añade la serie accionaria. Esto es por razones históricas. Hace tiempo, las empresas podían cotizar varias series accionarias en la bolsa. Por ejemplo, FEMSA, cuya clave de cotización es la misma y su serie accionaria que cotiza es UBD. La “U” en UBD significa “unión” de series B y series D.

Entre otras, estas son series accionarias reconocidas: Serie A, Serie ordinaria reservada para accionistas mexicanos, y sólo podrán ser adquiridas por extranjeros a través de inversionistas neutros o de American Depository Receipts. Serie B: Ordinaria de libre suscripción, incluyendo inversionistas extranjeros. El CPO es en realidad un Certificado de Participación Ordinario de libre suscripción pero que tiene derechos de voto restringido.

La serie D es de dividendo preferente. La Serie L es de voto limitado tanto para inversionistas nacionales o extranjeros. Las series 1 son acciones ordinarias que representan la parte fija del capital y las series 2 la parte variable.

La clave de cotización esta en función de cada bolsa, pero hay un estándar definido por el ISO 6166 que origina al ISIN: International Securities Identification Number y que aplica, a las acciones, títulos de deuda, derivados, commodities, etc. El Market Identifier Code, (ISO 10383) identifica a las bolsas de valores y otras entidades en donde se operan acciones. Además, está la clave CUSIP (Committee on Uniform Securities Identification Procedures) que inició en Estados Unidos por allá de los 60′s.

Si bien no cualquier empresa cotiza en bolsa, es mas bien una cuestión de mentalidad el llegar a hacerlo. Las empresas mexicanas solo corren con una pierna: la deuda. Las empresas internacionales corren con dos piernas: deuda y emisión de capital.

COLUMNAS ANTERIORES

Víctor Romero: Reflexiones 2024
Dulcinea Martínez: Hablemos de talento y cultura en los negocios

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.