En el mundo de hoy, la premisa de que las organizaciones en entornos competitivos deban innovar y adaptarse constantemente a su entorno para mantener sus ventajas competitivas es indiscutible.
¿Cuál es la situación de ejecutivos y colaboradores de estas organizaciones? No es difícil darse cuenta que su panorama no solamente es similar sino, incluso, más desafiante: Además de trabajar en ambientes con altas posibilidades de cambios que impliquen despidos, también deben enfrentan sus propios ciclos individuales y expectativas que no siempre van a la par de las oportunidades de desarrollo que les ofrecen sus organizaciones.
Si a todo esto añadimos que el ciclo laborar se ha extendido en los últimos años debido a un aumento paulatino en la esperanza de vida, y por tanto una mayor disposición de los trabajadores del siglo XXI para seguir vigentes profesionalmente, más allá de la edad de jubilación, éstos se enfrentan a un panorama complejo, al menos en la última parte de su vida profesional.
Según una encuesta realizada por la plataforma de búsqueda de empleo OCC Mundial en 2019, 75% de una muestra de 700 mexicanos profesionistas afirmó no estar satisfecho ni feliz con su actual situación laboral y por tanto 87% se mantiene en búsqueda de un nuevo empleo. En muchos casos cambiar de trabajo (por opción o por despido) para seguir desempeñando la misma función no es la solución, pues el origen de la insatisfacción persiste más allá de una mejora en las condiciones laborales. Entonces, muchos profesionales empiezan a “navegar” es decir, a desplazarse de empresa a empresa o simplemente siguen el curso de lo que les ofrece su situación actual, pero mantienen la sensación de no estar haciendo algo relevante y su trabajo se convierte únicamente en la fuente de ingresos.
Ante estas condiciones, muchos profesionistas deberían considerar la posibilidad de reinventarse laboralmente en un momento dado, con el objetivo de extender su ciclo de vida en el mundo laboral o de redescubrir su propósito en el trabajo.
La reinvención laboral es un tema complejo pues implica un cambio de identidad de cómo nos hemos percibido durante un tiempo significativo y que en su momento nos trajo satisfacciones de algún tipo.
Pero el principal riesgo percibido es el financiero ya que supone cambiar la forma en que se perciben los recursos económicos para funcionar en la sociedad.
Sin embargo, para aquellos que han logrado reinventarse laboralmente, después de un periodo complejo en sus vidas, aseguran que ha sido una experiencia gratificante pues supone retomar un propósito que se había perdido y establecer nuevas perspectivas y objetivos qué alcanzar.
Y son pocos los que deciden reinventarse a través de diferentes alternativas, , como emprender el negocio de sus sueños, cambiar de sector económico, o tomar otro camino profesional, pues los riesgos son muy altos.
Tal como las empresas hacen planeaciones estratégicas y de escenarios, los profesionistas que consideran como una opción realista la reinvención laboral, deben prepararse y planificar.
La profesora Herminia Ibarra de la London School of Economics ofrece algunos principios para que dicha reinvención sea más fácil de llevar a cabo.
- Considerar y desarrollar diversas opciones de futuro laboral con el propósito de ampliar nuestra perspectiva y analizar lo que podría ajustarse más a nuestros sueños y expectativas.
- Abrazar el periodo de liminalidad, es decir vivir la experiencia emocional de la transición, que puede ser incómoda pero nos permita resolver una serie de emociones complejas para prepararnos para la siguiente etapa.
- Avanzar en el proyecto, lo que supone empezar a hacer cosas en paralelo, adquirir conocimientos, habilidades, recursos y relaciones, hasta que se cuenta con los nuevos pies, suficientemente fuertes, para avanzar en la exploración de nuestra nueva actividad laboral.
Me ha tocado conocer a ejecutivos muy exitosos que, en conversaciones más profundas, expresan de forma muy sutil que habrían añorado hacer algo diferente. Su gran limitante es renunciar al éxito actual.
Siempre existe la opción de reinventarse. Se trata de un proceso complejo y lleno de riesgos, pero con convicción, con las herramientas adecuadas y un pequeño empujón puede ser una experiencia muy gratificante para la segunda mitad de nuestra vida profesional.
Por tanto, creo que es importante detenerse un poco y hacer una evaluación de en dónde estamos y qué queremos hacer los próximos 20 o 30 años.
¿Vamos a seguir trabajando en la misma empresa o sector hasta que algún cambio organizacional prescinda de nuestros servicios y entonces seguir navegando y esperando que alguien nos dé otra oportunidad?
¿O vamos a planificar nuestro futuro profesional y eventualmente hacer cambios rotundos que a la larga nos traigan mayor satisfacción y propósito en nuestra vida profesional?
Juan Sosa Godina juansosagodina@tec.mx
El autor es Doctor en Administración, Profesor de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey y Profesor del Centro de Innovación y Emprendimiento. Fue Country Manager y ejecutivo internacional de Marketing y Ventas en empresas como Procter& Gamble, Alcatel, Thomson y Technicolor.