OPINIÓN: Empezar a construir un patrimonio desde muy jóvenes mediante el ahorro y la inversión, permite afrontar de mejor forma los enormes retos en materia de gastos y limitaciones de ingresos que se tienen una vez que se culmina la edad laboral y se inicia la vejez.
Los que nacimos a partir de finales de los 70s en adelante no gozamos del generosos sistema de pensiones de las anteriores generaciones. Conforme nos hacemos más viejos, la cantidad de recursos en cuidados de la salud aumenta exponencialmente. Los avances médicos han permitido aumentar la espera de vida, situación que representa un mayor reto, ya que el periodo de tiempo que viviremos solamente de los recursos que invertimos para nuestra vejez es mayor.
Si quisiéramos aumentar la masa de nuestros recursos para el retiro y tener una vejez más digna debemos considerar 2 cosas. La primera es empezar desde muy jóvenes para contribuir a nuestros fondos para el retiro y la segunda conlleva a que el monto de lo aportado sea más alto de lo que hacemos normalmente.
Empezar desde muy jóvenes.
Esto permite que el tiempo de aportación a nuestros fondos sea mayor. Supongamos que un joven de 20 años aporta $2,000 cada mes hasta que cumpla los 65 años en un instrumento de inversión que devengue un rendimiento anual del 7% (Tomamos el Bono a 10 años del Gobierno Federal ya libre de impuestos). El valor futuro de esta inversión sería de $6,857,000.
Por el contrario, si una persona empieza a invertir la misma cantidad pero a sus 45 años el monto disponible para su retiro será de $984,000. Enorme diferencia. Esto radica básicamente en que el monto aportado por el más joven sería de $1,080,000 y de rendimientos por su dinero sería de $5,777,983. Mientras que el cuarentón aportaría $480,000 más el rendimiento de casi $504,000.
El más joven tendrá la ventaja de que su dinero trabajará por si solo por más tiempo y si a llego sumamos que el joven está en posibilidad de asumir un riesgo mayor en sus inversiones que le pueden generar mayor rendimiento como invertir en instrumentos de renta variable (Bolsa).
Aumentar los recursos aportados.
Sí los cuarentones, quisiéramos cerrar la brecha y alcanzar a los jóvenes que nos llevarían más de 20 años de ventaja, la única alternativa que tendríamos es multiplicar por 7 el monto aportado mensualmente es decir a $14,000 o a $170,000 anuales. Bastante retador. Entre mayor la edad, mayores los compromisos y gastos que se tienen. Los jóvenes, a pesar de tener un ingreso laboral mucho menor, están en capacidad de apretarse más el cinturón y buscar otras fuentes de ingresos.
Los cuarentones podríamos caer en la tentación de realizar inversiones más arriesgadas (mayor % de un portafolio en Bolsa en el mejor de los casos y en el peor de los casos dejarnos llevar por las cripto divisas o esquemas fraudulentos de inversión que abundan actualmente) que generen mayores retornos y acortar la brecha vs los jóvenes. No es lo recomendable. Lo más probable es que al tomar esta decisión errónea en términos financieros, perdamos hasta la camisa, literal.
Principios para invertir.
Si ya se hizo el firme propósito de arreglar sus finanzas personales y generar recursos para invertir en su vejez, le sugiero lo siguiente:
1. Elabore un plan patrimonial en el cual defina las necesidades de liquidez de corto, mediano y largo plazo, además de un fondo de contingencia para afrontar un despido o una emergencia médica (Considere para ello el coaseguro y deducible que tendrá que desembolsar). Identifique los recursos que destinara para el ahorro e inversión
2. Identifique su perfil de inversionista y tolerancia al riesgo para que sepa correctamente en que tipos de instrumentos de inversión poner su dinero. No asuma riesgos innecesarios, si una minusvalía en su portafolio de 5% no lo deja dormir, opte por un perfil sumamente conservador
3. Diversifique. No pongan todos los huevos en una sola canasta. Si sus recursos los permite, además de activos financieros (Bonos y acciones) invierta en bienes raíces que le generen renta y plusvalía, divisas, metales preciosos, etc. No se deje llevar por las historias de riquezas espontáneas o de moda como cripto monedas, NFT (Non Fungible Tokens) y demás inventos virtuales. Si aún no logro convencerlo de esto último, considérelos lo que son, una apuesta, no una inversión y solo juéguesela con una cantidad que no le duela perder. Platíquelo con su esposa y además de una advertencia de no hacerlo recibirá un par de coscorrones, si bien le va
Lo invito a que las decisiones financieras las tome en conjunto con su pareja y su familia. Fomente la cultura del ahorro y la inversión a sus hijos desde muy pequeños e invierta además en la educación financiera que le permite llevar a mejor puerto su dinero.
El autor es profesor del Departamento Académico de Contabilidad y Finanzas del Tecnológico de Monterrey. Su correo es juliopuon@tec.mx