Empieza un nuevo año y con ello muchos retos y luchas ya preestablecidas en el estado de Nuevo León. Ante la cuarta ola y los incrementos exponenciales en los contagios del COVID-19, el alza de los precios en los distintos productos en el mercado por el factor inflacionario, un gobierno del estado bajo la lupa por las primeras decisiones del sexenio de Samuel Garcia, agréguenle el problema grave de la contaminación ambiental que tenemos en el área metropolitana.
Parece sacado de una película, sin embargo, todos estos acontecimientos se han derivado de una de las causas principales que nos aqueja desde ya hace mas de 15 años: El poco compromiso con el medio ambiente que tenemos tanto en el sector privado como en el sector público. Últimamente y ante el alza de contagios, la liberación de muchas variantes del virus y que el aire que respiramos sigue estando severamente contaminado, la sociedad neolonesa junto con las diversas asociaciones civiles del estado ha tomado la batuta de alzar la voz y exigir mejores resultados y acciones inmediatas para mitigar la contaminación. Esto no ha quedado impune, ya que en los últimos años tanto gobierno como las distintas empresas responsables se han puesto metas para revertir este problema. Sin embargo, no han sido lo suficientemente ambiciosas para visualizar un cambio en el panorama a corto plazo.
El pasado noviembre, nuestro gobernador, Samuel Garcia, A través de una conferencia y después de regresar de la Cumbre climática en Glasgow, Escocia, mencionó que se pondrán ´impuestos verdes´ a mas de 160 empresas en el estado para que regularicen su situación contaminante. Es una muy buena iniciativa por parte del gobierno del estado, sin embargo, al no existir un ultimátum para dejar de contaminar, parece ser una acción mas “castigadora” que mitigante o preventiva. Sin duda alguna ayudará, pero no vemos que estemos atacando el problema de raíz. En un estado donde el gobierno no le exige a las empresas distintas certificaciones de control en sus procesos ambientales, donde hay 10 inspectores ambientales de la PROFEPA por cada 5 mil empresas, muy pocas restricciones en uso de pozos de agua y donde los permisos ambientales no son necesarios para construcción o utilización de recursos, vemos difícil un panorama próximo. Es aquí donde entramos los ingenieros, biólogos, químicos, que tenemos la vocación de aportar para revertir este problema en el estado que cada vez nos perjudica más.
Los que estamos en el área de seguridad y medio ambiente y fungimos dentro del comité intentando encontrar un dialogo, retroalimentación y acciones inmediatas y concretas para ayudar a que nuestras empresas mejoren sus procesos ambientales, sabemos del reto que conlleva esto y estamos comprometidos a poner nuestro granito de arena para revertir este problema desde nuestras trincheras.
Ya es el 2022 y los políticos siguen viendo hacia el 2030 y 2050 pensando en ir paulatinamente disminuyendo el problema, nosotros pensamos en acciones a corto plazo que logren revertir de golpe y mejorar nuestro medio ambiente. Ya estamos en el juego, ya estamos en la carrera por el cambio climático, tenemos la batuta y una responsabilidad profesional muy grande de lograr este cambio.
Sergio Armando Cavazos Castillo, integrante del comité de Seguridad Salud y Medio Ambiente de Index Nuevo León.
Contacto: comites@indexnuevoleon.org.mx