En México, la temporada de verano es la de mayor consumo de energía eléctrica. Debido a que la temperatura ambiente en gran parte del País alcanza niveles muy elevados, el uso de equipos de refrigeración y aire acondicionado se intensifica de manera importante en esta época. De igual forma, conforme un país crece económicamente hablando, su consumo de energía eléctrica crece en un ritmo muy similar. El verano 2022 conjunta estos dos factores de crecimiento en la demanda de energía eléctrica, ya que con la recuperación económica tras el efecto nocivo de la pandemia ha llevado a muchas empresas a superar sus niveles de consumo de 2019, y está por verse que tan cálido será este verano. El problema es que estas circunstancias toman al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en una situación precaria en la que se anticipa que no será posible atender la demanda en ciertas regiones en los momentos de mayor estrés, por lo que se presentarían apagones.
Todo sistema eléctrico en el mundo debe de estar diseñado y dimensionado para poder atender el pico de demanda máxima que se llegue a presentar. Esto resulta un tanto contraintuitivo ya que, si el sistema es capaz de atender la demanda un 99% del tiempo, no pareciera grave el déficit de capacidad durante una porción tan corta de tiempo. Por ejemplo, en las cadenas de suministro de productos de consumo si en un momento la demanda del producto es muy alta, las entregas que no se alcancen a realizar se posponen unos días. En los sistemas eléctricos esto no es posible. La energía se tiene que entregar precisamente en el instante en el que es demandada, ya que de lo contrario los equipos se dañan o se apagan. Por esa razón, en todo momento debe haber capacidad de generación disponible para entrar de manera instantánea o máximo en cuestión de minutos, y además la red debe tener la capacidad de hacer llegar esa energía donde es demandada.
Si bien la capacidad de generación efectivamente disponible para generar en los momentos críticos no tiene mucha holgura, el problema principal para la robustez del SEN parece estar en la red de transmisión. En los últimos años, la inversión para la expansión y el fortalecimiento de la Red Nacional de Transmisión (RNT) ha sido sumamente escasa, e incluso grandes proyectos de transmisión fueron cancelados a inicios del presente sexenio. Además de ello, según un reporte del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) de hace un año, aunque la actividad de transmisión es muy rentable para CFE, parte de los ingresos por esta actividad son destinados a subsidiar las tarifas de suministro básico.
A simple vista los subsidios cruzados parecieran no ser tan graves considerando que se beneficia a los consumidores con un precio artificialmente menor. No obstante, al entender en detalle el funcionamiento de la industria eléctrica en su conjunto, se vuelven evidentes los grandes problemas que estos subsidios traen consigo. Según el reporte del IMCO, CFE Transmisión y CFE Distribución estarían destinando montos importantes para subsidiar a CFE SSB, reduciendo así su capacidad de inversión en la red de transmisión y las redes de distribución. Como se ha podido ver tras las fallas de gran escala que se han presentado (como la que se presentó apenas hace unos días en la península de Yucatán), existe un nivel de vulnerabilidad importante y una necesidad apremiante de fortalecer el sistema. Por esa misma razón, la red no es capaz de recibir toda la nueva generación que se requiere, especialmente la energía limpia que los consumidores demandan. Finalmente este circulo vicioso se completa con el fuerte desincentivo para la competencia que es causado por tarifas reducidas artificialmente y el calvario que representa interconectar una nueva central eléctrica al sistema eléctrico nacional.
El mismo CENACE advirtió en mayo pasado sobre el riesgo de que se presentaran apagones generalizados en el País este verano, y ya desde ese momento señalaba culpables (las energías renovables y las empresas privadas) y adjudicaba toda responsabilidad a las administraciones anteriores. Es claro que la Administración Federal encontrará a quien culpar de cualquier problema que se llegue a presentar e incluso lo usará como justificación para seguir empujando sus intenciones de volver a un sistema monopólico. Lo que no está claro es por que vía vendrán las soluciones, de que manera evitaremos en años futuros (para este y probablemente para el siguiente ya es muy tarde), de que manera se podrá garantizar la disponibilidad de energía a las empresas que buscan invertir en México en línea con la tendencia del near-shoring.