Monterrey

Jorge Manjarrez: La UIFE estatal - Revolver a la orden

Las instituciones públicas UIFE y SAT no debieran ser utilizadas como instrumentos al servicio del mejor postor, el interés privado o el oportunismo político

El uso discrecional y parcial de la Unidad de Inteligencia Financiera y Económica (UIFE) y de la Subsecretaría de Administración Tributaria (SAT), me recuerda a un antiguo y popular programa de televisión titulado en español Revolver a la orden (Have gun-Will travel), interpretado por el actor Richard Boone.

En este western, que se transmitió en la década de los sesenta, el personaje central conocido como Paladin era un pistolero mercenario, investigador, tipo duro pero refinado, que vestía de negro y utilizaba la imagen de un caballo de ajedrez en sus tarjetas de presentación. En principio trataba de arreglar los conflictos con su presencia intimidante y su reconocida sagacidad, de no lograrlo, escalaba sus métodos hasta llegar al uso, siempre atinado y efectivo, de su revolver Colt 45.

De esta manera podrían estar actuando en el estado los órganos de control, recaudación y fiscalización UIFE y la SAT; como Paladin quien sirve al mejor postor y no a las causas de la sociedad.

La ciudadanía exige el uso legal, transparente, efectivo y eficaz de los recursos públicos porque paga sus impuestos y elige, en elecciones democráticas, a quien le delega el poder de gobernar.

Exige la rendición de cuentas de las y los servidores públicos en el marco jurídico correspondiente: la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos; la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública; la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación; la Ley de Responsabilidades Administrativas; y la Ley Federal de Austeridad Republicana, entre otras.

Rendición de cuentas para garantizar que quienes tienen la responsabilidad de administrar recursos públicos se ajusten a los principios que establecen las leyes : disciplina, legalidad, objetividad, profesionalismo, honradez, lealtad, transparencia, imparcialidad, integridad, eficacia y eficiencia.

En este sentido, las instituciones públicas UIFE y SAT, no debieran ser utilizadas como instrumentos al servicio del mejor postor, el interés privado o el oportunismo político. Hacerlo, restaría credibilidad a estos organismos que deben imponer respeto al actuar de manera objetiva e imparcial, con estricto apego a la Ley y sin ningún compromiso político o económico.

En otras palabras, la credibilidad y confianza de estas instituciones provienen de su : autonomía técnica y de gestión; imparcialidad; objetividad; legalidad; ética; y profesionalismo.

Al actuar apegados a estos principios, los órganos de control, recaudación y fiscalización, cumplen eficaz y eficientemente con sus objetivos de combatir la corrupciónl, el crimen organizado y promover el uso transparente y honesto de los recursos públicos.

Por ello es de gran relevancia e interés para la ciudadanía el tema relacionado con la definición de la estructura organizacional, ubicación, presupuesto, alcances y nombramientos de los titulares de estos organismos, que debe realizarse de manera transparente garantizando su profesionalismo, imparcialidad, honestidad y ética pública.

El Congreso del Estado y el Gobernador tienen la oportunidad histórica de lograr acuerdos que sean ejemplo nacional para consolidar a dos instituciones que promuevan la equidad, la igualdad, la honestidad, la justicia y, sobre todo, la paz social.

Ante la inseguridad, el estrés hídrico, el problema del transporte público y el deterioro del medio ambiente, estamos urgidos de buenas noticias.

Necesitamos que la UIFE y la SAT sean instituciones ejemplares, transparentes, confiables; paladines en la lucha contra la evasión, la corrupción y en la investigación de operaciones realizadas con recursos de procedencia ilícita; paladines al servicio de la ciudadanía, no del mejor postor.

El autor es economista, demógrafo y politólogo. Profesor de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

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