De acuerdo con el CFA, la productividad se define como “la cantidad de producción llevada a cabo por los trabajadores en un período de tiempo determinado… y es una medida de la eficiencia del trabajo … ha sido una práctica común utilizar el recurso laboral como base para medir la productividad … se basa en el número de trabajadores empleados o el número de horas de trabajo realizadas. En muchos casos, el trabajo es más fácil de cuantificar que otros tipos de recursos utilizados en la producción. Como tal, la productividad se establece como producción por trabajador o producción por hora de trabajo.
¿Por qué es importante la productividad? … Un aumento en la productividad reduce los costos de producción … los beneficios de una mayor productividad … pueden distribuirse total o parcialmente a los terceros interesados, [en particular] a los consumidores en forma de precios más bajos y a los empleados de la empresa en forma de una mayor y mejor compensación. La transferencia de algo o todos los beneficios por productividad a los terceros interesados crea sinergias que también beneficiaran a los accionistas en el largo plazo.”
Los aumentos de la productividad refuerzan la posición competitiva de las empresas en el largo plazo. Es factor clave para la supervivencia económica”. Dicho de otra manera, de no haber productividad, se pone en riesgo hasta la continuidad de la empresa en el largo plazo.
Luego entonces, una mayor productividad beneficiará a los consumidores con precios más bajos, creando demanda, con lo que se necesita producir bienes o prestar servicios, que a su vez hace que se paguen más impuestos y el gobierno tenga recursos suficientes para cumplir sus funciones y especialmente apoyar a los más necesitados. Supongo que mucha gente se imagina que el gobierno crea dinero por arte de magia. No saben (o no quieren saber), que son los impuestos pagados por las empresas, los retenidos a sus empleados y los de todos los contribuyentes, el origen de los ingresos del gobierno. A más productividad, más generación de riqueza, mayor pago de impuestos y menor pobreza.
En estos tiempos es “políticamente incorrecto” ser emprendedor, osar tener una empresa y hasta el ser empleado, pero la empresa es la forma de organización que más crea valor, maximizado -en beneficio de todos- por la productividad. Se sabe, pero ponen su ideología por encima de México.
Al primer trimestre de este año, dentro de los Indicadores de productividad publicados por el INEGI, está el Índice global de productividad laboral de la economía, publicado tanto en base a las horas trabajadas, como en base a la población ocupada. Medido por las horas trabajadas, de un máximo de 104.2 puntos al primer trimestre del 2018, hubo una reducción de -8.6% al primer trimestre del 2022. Nótese que se estaba por encima de la base del año 2013. Con relación al sector primario (agropecuario y minería), pasó de casi 113 puntos a tener un incremento de +3.3%. Buen dato. Sin embargo, en relación con el sector secundario (manufactura), de 88.8 puntos, se ha tenido una caída del 6.4%. Por último, en relación con el sector terciario (servicios), de iniciar con casi 111 puntos, la caída es de un -10.6%.
Para el 2021, midiendo el promedio anual de horas trabajadas de los países integrantes de la OCDE, el mínimo fue de 1,349 horas para Alemania y el máximo de 2,128 horas para México. Trabajamos mucho, pero con muy baja productividad.
La educación de calidad e inversión productiva harían maravillas en creación de trabajo, máxime con el nearshoring en puerta: ¡aprovechémoslo!