El hidrógeno es un combustible limpio que se puede producir por electrólisis del agua. La electrólisis es el proceso de separación de los elementos H2O por medio de la electricidad. El hidrógeno es almacenado cuando es separado del oxígeno. El hidrógeno verde se crea cuando la electrólisis es genearada por fuentes renovables de energía como eólica o solar.
El hidrógeno es el elemento más abundante al constituir aproximadamente el 75 % de la materia del universo y se puede utilizar como fuente de energía. Tiene una alta densidad de energía y puede almacenarse durante largos períodos de tiempo. El hidrógeno se puede utilizar para impulsar automóviles, autobuses y camiones. Las celdas de combustible de hidrógeno también se utilizan para alimentar hogares y edificios. Hay muchos beneficios de las celdas de combustible de hidrógeno, como cero emisiones, funcionamiento silencioso, ausencia de contaminación por gases de escape, costos operativos más bajos que los combustibles tradicionales y más eficientes que los sistemas de almacenamiento de baterías. Los coches propulsados por hidrógeno funcionan con un motor eléctrico, por lo que también se consideran vehículos eléctricos. Para designarlos se suele utilizar la abreviatura FCEV, de “Fuel Cell Electric Vehicle”, en contraposición a BEV, de “Battery Electric Vehicle”.
El hidrógeno se ha promocionado como una alternativa ecológica a los combustibles fósiles porque no emite gases de efecto invernadero nocivos cuando se quema en vehículos o centrales eléctricas. La primera celda de combustible de hidrógeno fue inventada por Sir William Grove en 1839, pero no fue hasta hace poco que las celdas de combustible de hidrógeno estuvieron disponibles comercialmente para su uso en vehículos. Honda introdujo el primer vehículo de producción en utilizar una celda de combustible de hidrógeno en 2002, pero todavía hay muchos desafíos que deben abordarse. La investigación e innovación para el uso de hidrógeno ha incrementado en países asiáticos. Por ejemplo, en Japón la compañía Toyota está impulsando una iniciativa para tratar aguas residuales y convertirlas en combustible a través de motores de hidrógeno.
Si esta tecnología es probada con éxito, se podría revolucionar las economías energéticas mundiales y el impacto al medio ambiente, ya que no solo se podrían aplicar en vehículos personales, si no que también en ferrocarriles o en la industria de la aviación.
Lissely Ancira es Managing Partner de ANCA Global Holdings | ancacorp.com |