El Banco de México ajustó a la baja su perspectiva de crecimiento de la economía mexicana para 2023, en su más reciente Informe Trimestral, correspondiente al segundo trimestre de 2022.
“Para 2022 se prevé un crecimiento del PIB de entre 1.7 y 2.7 por ciento, con una estimación central de 2.2 puntos porcentuales. Para 2023 se anticipa una expansión del PIB de entre 0.8 y 2.4 por ciento, con una estimación central de 1.6 por ciento” señala el Informe.
Las previsiones puntuales se comparan con las respectivas del Informe anterior de 2.2 y 2.4 por ciento para cada año.
El informe contiene también algunos de los riesgos que se avizoran en el horizonte de pronóstico. Entre ellos se encuentran en primer lugar, que se observe una menor demanda externa, particularmente de la proveniente de Estados Unidos, lo que afectaría la actividad económica en México.
Otro riesgo contemplado es que los efectos de la pandemia a nivel mundial o de conflictos geopolíticos prolonguen o intensifiquen las afectaciones al comercio y los problemas en las cadenas de suministro a nivel global.
También es posible que se presenten condiciones financieras más astringentes de lo esperado y episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales que afecten los flujos de financiamiento para las economías emergentes.
Además, que la recuperación del gasto en inversión sea menor a lo esperado o insuficiente para apoyar el proceso de reactivación de la economía y el crecimiento de largo plazo. En este sentido, que las controversias asociadas al T-MEC contribuyan a incrementar la incertidumbre, en detrimento de la inversión
Un riesgo adicional es que la pandemia del COVID-19 siga afectando las condiciones de oferta y de demanda de la economía global, repercutiendo adversamente en la recuperación de la actividad económica nacional.
Sin embargo, los analistas del Banco de México incluyen asimismo factores que pueden mejorar el panorama, entre ellos está que la trayectoria a la baja en el número de contagios de la reciente ola y la continua adaptación de la economía a las condiciones impuestas por la pandemia impulsen una recuperación más vigorosa, particularmente en aquellos sectores cuya reactivación ha sido más lenta.
También se contempla que, en el marco del T-MEC, México sea un destino atractivo para la inversión ante una reconfiguración global en los procesos productivos, con beneficios para su actividad económica y productividad.
Un panorama similar se detecta en la última encuesta que levanta el Banco de México entre analistas del sector privado. Los analistas privados ajustaron a la baja su pronóstico de crecimiento para 2023 de 1.51 a 1.31 por ciento.
Para 2024 los analistas privados también ajustaron a la baja su perspectiva de crecimiento de 1.91 a 1.88 por ciento.
Entre los problemas mencionados por los consultores privados para el crecimiento en el corto plazo se encuentran la inseguridad, la falta de un estado de derecho y las presiones inflacionarias.
Como podemos ver todo parece indicar que, al menos en materia de crecimiento, tendremos un “sexenio” perdido.
Cae productividad
Durante el segundo trimestre de 2022, el Índice Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) con base en horas trabajadas disminuyó a una tasa anual de 3.0 por ciento, de acuerdo con información proporcionada por el INEGI.
La caída más fuerte se registró en el sector terciario, que incluye el comercio, transporte y los servicios, que tuvo una contracción de 4.5 puntos porcentuales.
La caída en la productividad es una consecuencia de la falta de dinamismo mostrado por la inversión, prácticamente en todo lo que va de la actual administración.