Monterrey

Osmar Zavaleta: Nearshoring”, estrategia para impulsar la competitividad internacional

El hecho de que EU es el primer socio comercial de México coloca a nuestro país en una posición privilegiada.

La suspensión de actividades productivas y el cierre de fronteras, causado por la Pandemia de Covid-19, ocasionaron la ruptura de muchas cadenas de suministro a partir del 2020. Además de la contingencia de salud, hoy existe una gran tensión en las relaciones entre Estados Unidos y China, en virtud de que este último reclama a Taiwán, un país gobernado democráticamente, como parte de su territorio y el Presidente de China, Xi Jinping, ha declarado que lo tomará, incluso a través del uso de la fuerza.

Ante este contexto y teniendo presente que cerca del 35% de la producción manufacturera, a nivel mundial, se concentra en China, empresas de todo el mundo comenzaron a relocalizar sus plantas productivas, para diversificar el riesgo y, al mismo tiempo, lograr eficiencias al ubicar sus centros de producción más cerca de los destinos de consumo.

El hecho de que Estados Unidos es el primer socio comercial de México coloca a nuestro país en una posición privilegiada para capitalizar el proceso de reubicación de muchos de los centros de producción del vecino del norte.

En virtud de lo anterior, el “Nearshoring” representa una oportunidad para que México se convierta en el destino de muchos de los centros de producción que actualmente están localizados en China lo que, sin duda, sería un motor de crecimiento y desarrollo para el país, por la potencial Inversión Extranjera Directa que podría detonarse.

De acuerdo con el Banco de México, el “Nearshoring” ya está teniendo impacto positivo en México, ya que la producción de la actividad manufacturera en los últimos 12 meses fue 3% más alta de lo que habría sido sin la relocalización de algunos centros de producción.

Además, se estima que, a nivel nacional, cerca del 16% de las empresas reporta un beneficio por inversión o mayor demanda, mientras que, por regiones, las empresas del norte se han visto más beneficiadas, seguidas de las del centro.

Por otro lado, de acuerdo con un reporte de Morgan Stanley, algunas de las industrias en México con mayor potencial para aprovechar el “Nearshoring” son la de dispositivos electromecánicos, como equipo médico y fotográfico, la de electrodomésticos, y la de maquinaria industrial, como transformadores y bombas industriales, las cuales representaron cerca del 17% de las importaciones de Estados Unidos en 2020. Especial mención merecen la industria automotriz y la industria aeroespacial.

Entre los factores que hacen que México sea un destino sumamente atractivo para el proceso de relocalización de centros de producción se encuentran: 1) La convergencia entre los husos horarios de México con los de Estados Unidos; 2) Menores costos de transportación, comparados con los existentes desde China y, por supuesto, considerablemente menores tiempos de entrega; 3) El acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, lo que propiciaría, con mayor facilidad, la exportación de bienes al vecino del norte; 4) Salarios más bajos en México que en China, tanto en niveles operativos como en niveles especializados y gerenciales.

Aunque son muy claros los factores que hacen a México un candidato ideal para el “Nearshoring”, no podemos dejar de reconocer que existen algunos obstáculos que podrían frenar este proceso. Tal vez, uno de los más relevantes tiene que ver con la política energética de Mexico.

Sabemos que la energía es uno de los factores más importantes para propiciar la competitividad de un país y el hecho de no conocer, claramente, lo que ocurrirá con la posibilidad de invertir en proyectos de generación de energía eléctrica, a partir de fuentes limpias y renovables, constituye un factor que genera mucha incertidumbre.

Creo que al mismo nivel se encuentra la falta de claridad en relación con el estado de derecho en el país y la incertidumbre para los inversionistas, en términos de lo que ocurrió con la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, de las rondas petroleras y las subastas de energía eléctrica, por mencionar los casos más notorios. Otro factor que podría jugar en contra del “Nearshoring” es la falta de inversión, por parte del gobierno Mexicano, en investigación y desarrollo tecnológico, así como en innovación y emprendimiento.

Estos dos factores son muy relevantes dado que, hace poco más de un mes, el IMCO dio a conocer los resultados del Índice de Competitividad Internacional 2022, en el cual se evalúan diversos factores para 43 países, entre los que se encuentra México.

Los resultados ubican, en este orden, a Dinamarca, Noruega, Suiza, Suecia, Países Bajos, Corea del Sur y Japón como los países más competitivos del mundo. No es casualidad que estos países sean parte de la lista de países que destinan el mayor porcentaje de su PIB a la investigación y desarrollo tecnológico (entre 3% y 5%), de acuerdo con la OCDE.

Estas cifras son relevantes dado que la principal fuente de crecimiento en la actual economía del conocimiento proviene de la innovación, de la investigación y del desarrollo tecnológico.

Por otro lado, de acuerdo con datos de Transparencia Internacional, de estos 7 países, Dinamarca, Noruega, Suiza, Suecia, Países Bajos y Japón son parte de la lista de los países con menores índices de corrupción del mundo, así como de la lista de los países con mayor PIB per cápita.

México se ubica en la posición 37 de 43 en términos de su competitividad internacional y, lamentablemente, forma parte de la lista de los países con mayores índices de corrupción, de acuerdo con Transparencia Internacional. Además, de acuerdo con la OCDE, México destina aproximadamente el 0.3% de su PIB a la investigación y desarrollo tecnológico, apenas la décima parte de lo que países como Suecia, Dinamarca y Japón destinan a estos rubros.

Finalmente, otro elemento fundamental será el porcentaje del presupuesto de egresos destinado al desarrollo de infraestructura carretera y ferroviaria, así como de seguridad, factores de suma relevancia para que una empresa decida invertir en nuestro país para instalar sus centros de producción.

Sin duda, el “Nearshoring” es una gran oportunidad para: 1) Capitalizar las ventajas competitivas que nuestro país tiene para darle forma a esta estrategia, y 2) Dar claridad a los inversionistas sobre el rumbo que seguirá México sobre su política energética, el fortalecimiento del estado de derecho, el desarrollo de infraestructura, y la inversión en investigación y desarrollo, factores fundamentales para impulsar la competitividad del país.

El autor es Decano Asociado de Investigación de la Escuela de Negocios y de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.

COLUMNAS ANTERIORES

Víctor Romero: Reflexiones 2024
Dulcinea Martínez: Hablemos de talento y cultura en los negocios

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.