Monterrey

Alfonso E. Benito: De la experiencia del cliente a la experiencia del colaborador

Comunicación, confianza y colaboración.

Según un informe de la consultora Deloitte las nuevas generaciones representa más del 50% de la fuerza laboral. Sin embargo, son de las generaciones más complicadas de retener en las organizaciones.

Según los expertos hay tres elementos entre los que gira el compromiso, hoy en día, para los colaboradores: el propósito, el desarrollo de carrera y el sentido de comunidad.

Parece que hoy en día, que prima la individualidad frente a la comunidad, lo último que podríamos creer es que la gente la valore el sentimiento de grupo o pertenencia para formar parte de una empresa. Evidentemente siempre tendremos personas que consideran que van a trabajar y no ha hacer amigos. Pero más allá del grado de intensidad de la relación que puedas tener con tus compañeros, las personas somos seres sociales. La pertenencia a un grupo es importante para el ser humano. Hace unos años, el autor Seth Godin sacó un libro titulado “Tribus” en el que precisamente incide en ese sentido de pertenencia que buscamos las personas. Una pertenencia que no es exclusiva y que no solo tiene que ser a la organización en su conjunto, sino también al equipo de trabajo en el que uno se inserta dentro de la empresa. Lo que pone también de relieve la importancia de los liderazgos dentro de la organización.

El otro elemento, que señalan algunos autores, es el propósito. La importancia, para las personas, de que la empresa en la que trabajan tenga un fin más allá del mero lucro. La necesidad humana de conectarnos con algo más allá de lo materialista, con el aporte que hacemos con nuestro trabajo a la sociedad. Una sociedad entendida, no como un ente extraño e inabarcable, sino como las personas con las que convivimos en el día a día.

Un propósito que pilota en torno a 3 elementos como es la comunicación, la confianza y colaboración. Una comunicación que nos lleva a compartir inquietudes y realidades, personales y sociales, en un entorno de confianza y a través de la colaboración para generar cambios desde lo que somos y hacemos como empresa.

Y por último, lo que hace que las personas se queden en nuestras organizaciones, es el desarrollo de carrera. El sentir que en la empresa en la que están pueden tener un espacio de crecimiento profesional y personal.

Las nuevas generaciones cada vez reclaman más esas oportunidades de crecimiento que se vean reflejadas en nuevos retos y aprendizajes. Ese puede ser el talón de Aquiles, y a la vez el reto, de muchas empresas, y más si queremos aunar estructuras más planas y descentralizadas con planes de carrera más rápidos y ágiles.

Esos tres elementos, el propósito, la comunidad y el desarrollo de carrera son piezas clave en la experiencia del colaborador y con la cultura que construimos que permita vivir plenamente esa experiencia.

Una experiencia que analice los momentos clave por los que pasamos a lo largo de nuestra vida laboral en una empresa: desde el envío del currículum, hasta la respuesta del proceso de selección y una vez en la empresa desde que somos seleccionados hasta que nos vamos de la misma.

Dónde podamos mapear esos procesos clave por los que pasamos y qué valoramos como determinantes a la hora de sopesar si nos quedamos o no en una empresa.

El poder mapear esos procesos para que definamos que cultura queremos vivir, qué modelo de liderazgo queremos impulsar, qué es lo que impulsa el crecimiento de nuestros colaboradores, que modelo de gobernanza corporativa tenemos, etc.

Existe el comentario coloquial que una persona, muchas veces, no se va de una empresa por dinero, sino por el jefe. Creo que deberíamos ampliar esa idea, y más bien se va de una empresa por las malas experiencias que haya vivido.

El reto es lograr una cultura que permita construir experiencias positivas que faciliten el desarrollo de nuestros colaboradores en todas sus dimensione. Probablemente así, convirtamos nuestras empresas en lugares donde la gente desee quedarse.

El autor es catedrático de la Escuela de Negocios de la UDEM, es Doctor en Ciencias Humanas por la Universidad de Deusto en San Sebastián, España y cuenta con certificaciones como coach ejecutivo y de valores.

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