Nuestra lista de propósitos para el 2023 está impoluta, por lo que tal vez aún podemos ajustar algo después de esta reflexión. Probablemente todos tenemos un propósito relacionado con el bienestar. Como individuos, hacer ejercicio, comer saludablemente; como familia mantenernos conectados; como organizaciones apoyar el bienestar de los empleados. Confiemos en que cada una de estas listas también se encuentre el propósito de cuidar el medio ambiente, más adelante explicar el porqué de este último.
Para la OMS, el bienestar es el estado en el que “una persona puede realizar sus propias habilidades y puede hacer frente a factores que pueden perturbarla”. Es un concepto integral que incorpora contar con buena salud físico y mental, sentirse altamente satisfecho con la vida, pensar positivamente, tener un sentido de significado o propósito de vida. Por tanto, si hemos incluido el bienestar en nuestros propósitos para este año incluyamos también, cómo transcender este bienestar a nuestra familia, nuestra organización y la comunidad.
Bienestar familiar. Nuestra familia es nuestro centro, es nuestro par incondicional. Identifiquemos actividades que favorezcan la cercanía y la comunicación con nuestros seres queridos; esto fortalecerá nuestro bienestar mental. Una reconocida terapeuta familiar de Monterrey nos comparte en su editorial que uno de los secretos de las familias felices es hacer comidas juntos y disfrutar de la sobremesa. Es en las conversaciones de sobremesa en las cuales compartimos nuestros aconteceres diarios, nuestras inquietudes y añoranzas; escuchamos empáticamente a quienes amamos. Menciona Josefina Leroux: “la conversación es salirte de ti mismo para escuchar a los otros”.
Bienestar en las organizaciones. En los últimos años se habla de cómo el trabajo remoto forma parte de la personalización de las prácticas organizacionales y genera gran impacto en el bienestar del empleado. Como señala un estudio de la OCDE, el trabajo remoto puede mejorar el desempeño de la empresa siempre y cuando la satisfacción de los trabajadores se incremente lo suficiente como para compensar los efectos potencialmente negativos debido a la falta de interacciones personales. La falta de interacciones personales disminuye la creación y la transferencia de conocimiento entre los empleados, ambos procesos críticos para la innovación. Por lo anterior, es crucial identificar y normar en qué contexto organizacional es factible. Contar con lineamientos claros ayudará a otorgar certidumbre a empleadores y empleados, y favorecerá la flexibilidad laboral, la productividad, la reducción de costos y el impacto al cuidado del medio ambiente.
Bienestar en la comunidad. Hablando del cuidado del medio ambiente, hace unos días leía en el periódico algunos resultados del reporte Global Traffic Scorecard 2022, de la firma INRIX especializada en el análisis del transporte. Entre los resultados se señala las horas perdidas en el tráfico y el retraso por tiempo de traslado en 991 metrópolis, el cual ubica al área metropolitana de Monterrey como la novena peor del mundo en congestionamiento vial, esto es, los conductores regios estuvieron en promedio 116 horas atrapados en el tráfico durante el 2022, registrando un alza del 66 por ciento horas promedio perdidas en el tráfico, en comparación con el 2021. ¿Qué podemos hacer para contar con entorno más sano? ¿Cómo podemos generar bienestar en nuestra comunidad? Pensemos en cómo reducir el monóxido de carbono generado por los traslados físicos de la casa al lugar de trabajo.
Lo anterior nos invita a contemplar dos elementos que pueden ayudarnos a cumplir nuestros propósitos: flexibilidad y tecnología. Flexibilidad para aceptar nuevas formas de vivir, nuevas formas de trabajar, nuevas formas de interactuar con nosotros mismos y los otros. Uso efectivo de la tecnología para acercarnos con otras geografías, con otras personas y, al mismo tiempo, para ser eficientes y productivos en nuestro lugar de trabajo impactando positivamente al medio ambiente.
Finalmente, hemos de ser capaces de identificar acciones claves para extender nuestros propósitos al bienestar del medio ambiente. Como seres humanos necesitamos estar en conexión y sintonía con la naturaleza, esto nos permite fortalecer nuestra dimensión espiritual y estar en armonía con nosotros mismos. Es esta armonía la que potenciará y promoverá el bienestar en todos nuestros sentidos, en todas las esferas de nuestra vida ¿y si este año comenzamos por aquí?
La autora es Decana Asociada Académica de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey y profesora investigadora en estrategia empresarial, gestión de conocimiento e innovación. Obtuvo su doctorado por la Universidad Autónoma de Barcelona.