Monterrey

Sara Lozano: Ciudadanía en la educación #CIIE @TecdeMonterrey

Ciudadanía y sensibilización artística para humanizará a las futuras élites. Además, estrategias y recursos para asimilar el acelerado ritmo de aprendizaje de nuevas generaciones.

Sara Lozano

En el Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE) que organiza el Tec esta semana para docentes y profesionales del área, me atrajeron dos ideas y la forma como se articularon al paso de los días: la cultura cívica como parte integral de la formación profesional y el rol público que tienen las universidades aunque sean privadas.

La Triada es la alianza de las tres universidades mejor evaluadas en LATAM dentro del QS Ranking 2019: Tec de Monterrey, la Universidad Católica de Chile y la Universidad de los Andes. En la ponencia resaltó la presencia de una rectora en las mesas tradicionalmente gobernadas por corbatas. De suyo ya es relevante, pero no paró ahí, la articulación de su mensaje se distinguió por el humanismo reflejado y la responsabilidad social de la academia y sus instituciones, particularmente en los retos que enfrenta la región Latinoamericana. Y el bonus fue el reconocimiento de la función estratégica que las artes imprimen a una educación integral.

En esta región con dramáticas desigualdades, suena bien que las universidades asuman el reto de profesionalizar a futuras élites a través de la responsabilidad social que implica esa supremacía económica, educativa, social, digital, tecnológica y demás. La formación en valores cívicos en las juventudes privilegiadas de Latinoamérica es altamente esperanzador.

Las generaciones milenials y posteriores – las que aun no han recibido la formación cívica – enfrentan –en presente y futuro– retos mayúsculos ante el deterioro del planeta y la migración mundial. La solución al primer problema afecta fuertes capitales e intereses privados que no van a soltar ni el control ni el dinero tan fácilmente, las soluciones creativas se esperan de estas juventudes en proceso de tomar el control.

Por el lado de la migración, la afectación es a las finanzas públicas y el bien común en su acepción más reduccionista. Ni quienes migran, ni quienes les reciben son responsables del deficiente desarrollo social, político y económico de la mayoría de los países en el mundo.

Suena inoportuno hablar del arte en la educación, cuando se trata del asunto migratorio. Sin embargo, son las artes las que humanizan en enfoque del problema, son las proveen los lentes de la compasión para humanizar las tragedias de quien tiene que abandonar lo suyo porque su terruño se ha convertido en terreno hostil y peligroso. Tienen que salir de su país dejando atrás a sus afectos por la persecución ideológica, religiosa, racial y/o por su género.

Además de la formación cívica y la sensibilización artística que humanizará a las futuras élites, el Congreso ha ido de maravilla en cuanto a tecnologías, estrategias, recursos y herramientas para dinamizar las clases y asimilar en el salón el acelerado ritmo de aprendizaje que caracteriza a las nuevas generaciones.

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